POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Hace ya unos años, cuando decidí ponerme a recopilar cuantas noticias y documentos pudiera sobre la historia de esta advocación mariana, la Virgen de las Angustias de Arévalo, y escribirlas en forma de libro, conseguí una documentación importante, además de todos aquellos datos históricos que estaban en numerosos libros antiguos y en archivos, encontré varias tradiciones antiguas, y entre las más arraigadas era la de la figura de nuestra Reina Isabel I de Castilla, la Católica, sus vínculos y su devoción por esta advocación de la Virgen, un asunto que tenía que tener muy en cuenta y a poder ser profundizar en él para ofrecer una historia reconstruida y más coherente.
Yo recibí aquella tradición de forma oral, en mi casa, de mis padres y abuelos, sobre todo como niño aún pequeño que contempló atónito aquel acto maravilloso de la Coronación Canónica con los ojos abiertos como platos. Una tradición que siempre estuvo ahí latente, como algo desdibujada y enigmática. Con el tiempo y al ir descubriendo la magnitud histórica del personaje de Isabel, se fueron anudando tantos hilos sueltos y lo que era una tradición arraigada se fue convirtiendo para este Cronista Oficial en un relato histórico con algún aditamento popular que le rodeó de algún misterio, como en tantas leyendas y tradiciones con base histórica.
Y es que, los datos históricos, según iban apareciendo y enriqueciendo el relato, fueron dando forma a lo que pudo ser el inicio de esta arraigada tradición. Curiosamente había quedado ahí como una cosa nuestra que no tenía gran importancia. Pero fue tomando cuerpo y afianzando su fondo de autenticidad.
Y tuvo que ser en un viaje a Granada, hace ya bastantes años, cuando de nuevo apareció el vínculo de Isabel I de Castilla y la Virgen de las Angustias, y Arévalo entre medias. El corazón me dio un vuelco al poder comprobar que aquella historia que conocí en mi niñez, por la tradición oral, aparecía de nuevo y se materializó tan lejos de casa y con la mayor naturalidad. Iba de sorpresa en sorpresa. Y todo aquello me cautivó.
Debieron de transcurrir bastantes años más desde aquel momento inicial para materializarlo en el libro deseado sobre la historia de nuestra Virgen y Patrona.
También fue primordial la conexión con Valladolid y su “Señora” de las Angustias, del mismo modo y con el mismo nexo, de nuevo Isabel, que me produjo sentimientos semejantes. No cabe duda, aquel triángulo isabelino devocional ha conformado un verdadero nudo gordiano con la Virgen como hilo conductor de tantas historias y tantas devociones compartidas, y tantas nuevas y fraternas amistades con la Madre en común.
Precisamente en septiembre pasado, en Valladolid, asistí al Simposio de Isabel, en el que participaron destacadísimas figuras de la historia y de la religión de todo el mundo hispano, que fue todo un referente en la religiosidad de Isabel y, claro está, con su devoción a Las Angustias dentro de su profunda religiosidad y veneración a la Madre Dolorosa. Precisamente este componente religioso es en gran medida el motivo de tanta fobia hacia la figura de la gran Reina, ella que tenía claras las ideas de la unificación de los reinos peninsulares, la histórica Hispania, la creadora del estado moderno. El inicio de aquella leyenda negra tan dañina y pertinaz, fruto de las envidias. Pero cada día más inconsistente, según los más importantes historiadores e hispanistas que últimamente están publicando una amplia y extraordinaria bibliografía que rompe todo aquello…
Estamos inmersos en la fiesta religiosa anual de nuestra Patrona, la novena preparatoria, ya queda poco para el día grande, el 9 de febrero, en que, como desde tiempo inmemorial honramos a nuestra Virgen de las Angustias…
Y cantando el emotivo himno de Nuestra Señora, con las voces del pueblo de fondo, me distraje pensando en todas estas cosas históricas que rodean estas vivencias de mi ciudad. ¡De Arévalo, tus hijos, llenos de amores, imploran el auxilio de tus favores, y te ofrecen rendidos su corazón…! Feliz fiesta de nuestra Patrona.