POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Sigue su andadura el proyecto cultural “El Valor de la Lealtad”, con sus múltiples visiones de un todo, de celebraciones en torno al V Centenario de los Comuneros.
Sí, es curioso que Arévalo, importante villa castellana durante la Edad Media, villa de realengo con lo que eso suponía en el rango de la población, siempre cercana a la corona castellana, con tantos servicios a la corona castellana hicieron que le fuera otorgado un privilegio real de no ser nunca enajenada de la corona. Y por tanto en estas celebraciones de los Comuneros, parece que poco tendría que aportar. Pero no es así, su levantamiento anterior, que no “precomunero” no tiene que ver con aquel alzamiento castellano, y si embargo si que tenía muchos putos reivindicativos en común.
Pero dejando los pormenores de la historia, que está ahí para ser recordada, recuperada y tenida en cuenta para aprender de ella y aprovechar lo que tiene de enseñanza. Nos hemos fijado especialmente en lo que demuestra de su lealtad, en lo que suponía, aún por encima del propio rey, que, como muy bien se decía en aquel privilegio de no poder ser “enajenada de la corona”, ni por el rey legítimo si en contra de ello pretendía actuar. Y así fue como Carlos el Rey y futuro Emperador, aún en su Flandes natal, ejecutó la enajenación que ni siquiera el propio regente, el Cardenal Cisneros, aprobaba su ejecución. Y la villa se levantó contra Carlos en un acto de extrema lealtad a la propia corona, un acto temerario abocado al fracaso. Pero fue un hecho, quizás el último hecho contundente de la historia de esta antigua villa, que con aquella derrota comenzó su imparable decadencia…
“El Valor de la Lealtad” es una definición rotunda de lo que aquello suponía y por lo que la villa, con su Gobernador Juan Velázquez de Cuéllar a la cabeza, defendió sus derechos. Pocas frases escuetas podrían definir mejor el sentido de esta actuación, levantarse contra el rey en defensa de la corona…
Pero yo hoy quería hablar de actos culturales en torno a esas celebraciones. Y así, coincidiendo con el “Día de la Comunidad” tuvimos un día repleto de actividad cultural. Primero un pregón a cargo del periodista y escritor Luis Miguel de Dios, reivindicativo al estilo de la fecha, porque muchas de las reivindicaciones siguen teniendo sentido.
Acto seguido, como una perla musical, una especie de entremés para nuestros oídos, un concierto de música renacentista, acordes de la época, que regalaron dulces melodías al público que llenó el aforo posible, a cargo de un grupo con raíces arevalenses, “Serendipia Ensemble”, con música del cancionero de palacio.
Llegada la tarde, mucha expectación para otro concierto, éste al aire libre con diversos lugres como putos de escucha, una composición que fue titulada “Sonitus Bellum”, traducción libre de bellos sonidos. Muy bellos, y que nos transportan al pasado, porque ya no es corriente poder escuchar el sonido de las campanas, y manos aún de un conjunto de campanas en armonía. Pues sí, la armonía campanil, compuesta para esta ocasión por el músico Javier López, que estoy seguro que como todo el resto de escuchantes, gozó y mucho con este concierto tan especial.
Fíjense amigos lectores, quiero recordar una afirmación de un escritor antiguo que ponderó mucho el sonido de tantas campanas como en aquellos momentos históricos coronaban las torres y espadañas arevalenses, parroquias, monasterios y conventos, que en gran número elevaban al viento sus múltiples y variados sonidos.
Una sensación semejante sentí la tarde del 23 d abril, día de la Comunidad de Castilla y León, unos acordes múltiples al viento que fueron escuchados por numerosísimo público en una tarde de expectación. Y gustó mucho la experiencia, que nos recordó un patrimonio cultural que aún atesoran nuestras torres mudéjares y que de nuevo cobraron vida para el deleite ciudadano. Pues sí, Sonitus Bellun, muy bellos…
FUENTE : CRONISTA