POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Sí amigos, Arévalo ya está en vísperas de sus tradicionales Ferias y Fiestas, llamadas de San Victorino porque en esa semana de fiestas está el 7 de julio, la fecha de celebración de nuestro Patrón. Por segundo año unas fiestas mermadas en sus contenidos festivos.
Aunque ya está el ambiente más relajado respecto a esta pandemia que nos está cambiando “hasta la manera de andar”, como decía mi abuelo, se presentan unas Ferias de contrastes, de el quiero y no puedo, del deseo de ir ampliando contenidos con todos los miedos al bicho, porque, aunque han decretado un relajamiento en el uso de las mascarillas y otras cosas que ya son cotidianas, de pronto las alarmas se encienden de nuevo y nos avisan de que el tema está ahí, latente, porque ha venido para quedarse. Parecería que ahora incluso se usan más las mascarillas, eso es que no nos fiamos, la mayoría de gente, porque la minoría sigue haciendo lo que le da la gana… y así estos días nos henos enterado de ese contagio múltiple de la excursión sin freno a Palma… miedo me dan estas fiestas que no son, que será difícil evitar aglomeraciones y cumplir con celo las indicaciones y el sentido común.
El Ayuntamiento ha publicado un cartel lleno de letras, denso en su contenido y de actos muy variados, aunque no todo cabe, con el titular eufemístico de “Arévalo 2021: Programa de actividades del 26 de junio al 11 de julio”, que evita nombrar fiestas o ferias, que sería como “mentar a la bicha”. Un denso programa de actos que no es mucho menor a un programa oficial de los festejos. Eso sí, en lugar de ver los gigantes y cabezudos acompañados de la dulzaina, hay exposición de gigantes y cabezudos con la dulzaina amenizando, suelta de reses, sin encierros, concurso de carrozas en miniatura, en lugar del desfile… y cosas así. Muchos de los actos son espectáculos en sitios al aire libre y de aforo controlado, lo que facilitará su celebración, aunque tengamos alguna molestia por las normas a cumplir. Y otros en lugares cerrados más fácil de controlar los aforos.
Espectáculos musicales y taurinos, los más significativos, con aforos controlados, se espera que toda esta organización sea eficaz, que es de lo que se trata, con algún acto más o menos.
Pues estas son las segundas Ferias y Fiestas anodinas y distintas, unas fiestas que no son y ni se nombran, pero que serán bastante más que el año pasado. Con una pesadilla permanente, como controlar los aforos de tantos espectáculos. El pasado fin de semana se ha “ensayado” eso del control de aforos, con dos espectáculos en la Plaza de la Villa, cerrada herméticamente por la Policía Municipal y Protección Civil, que será el sistema de lo que va a venir, aunque la Plaza del Arrabal es la más difícil de controlar.
Ya decíamos hace unas semanas, “si Pamplona se constipa, Arévalo se acatarra”, un símil muy llevado y traído, por la similitud de los festejos, salvando las distancias, y el paralelismo de las fechas de celebración de nuestros Patrones. Pues eso.
Sólo desear que estas Ferias y Fiestas, sin nombre, sean las mejores posibles.
Felices Ferias y Fiestas de San Victorino 2021, las segundas de la pandemia.
Por cierto, que las sabias indicaciones de mi amigo Carlos me ha puesto certidumbre donde no la tenía… respecto a las manifestaciones de una columna anterior respecto al Molino Nuevo o de La Isla: el nombre de “Molino de Álvaro de Luna” se lo puso el propio Ayuntamiento en base a las manifestaciones de Cervera Vera y éste a su vez siguiendo a Montalvo, una vez adquirido por el Ayuntamiento de la Ciudad el año 1989 y ahora puesto en tela de juicio a la vista de nuevas e importantes investigaciones realizadas sobre los molinos arevalenses por María Monjas y Carlos Oviedo, incluidas en su obra sobre los quince molinos de Arévalo. Y quiero puntualizarlo para evitar errores, malos entendidos y que siga rodando la equivocación en el nombre de las cosas…
FUENTE: CRONISTA