POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Desde que soy Cronista pocas veces he tratado sobre el pregón de las Ferias y Fiestas. Incluso desde antes de ser Cronista, 2002 en que yo mismo le pronuncié en puertas de mi nombramiento, porque rara vez ha sido un inicio de Ferias y Fiestas de mucha algarabía y excesivo ruido.
Pero este año es especial y quiero reseñarlo. El sábado sí que me sentí arevalense y sin sentir reparos, porque se ha podido escuchar y seguir todo el rito del pregón, ruidoso y festivo, pero no a destiempo, respetuoso. Por tanto, se podría decir que ha sido un buen precedente y espero que se repita en el futuro. Al margen del pregonero, que fue nuestro amigo Carlos García, el ya de nuevo presidente de la Diputación, alcalde de Tiñosilos y ciudadano arevalense. Sentido, vibrante, apasionado y cercano, propio de un pregón de fiestas, ¡y… sin papeles!
No voy a insistir mucho sobre esto, porque ya este Diario ha dado cumplida información, pero sí quería resaltar lo que sentí escuchando por fin, unas palabras siempre sentidas, conociendo la idiosincrasia, ensalzando las glorias de la ciudad, de sus personajes populares o notables, y de sus fiestas tradicionales, en las que nunca se ha dejado el derecho a la expresión. ¡Ah! y con tenues coros de palabras ofensivas que están «demodé» y nos producían vergüenza ajena.
En definitiva, un pregón que ya es un antes y un después.
Cuando estaba escribiendo estas líneas, me llega la noticia, triste noticia, de la muerte de una gran amiga, la historiadora portorriqueña Carmen Alicia Morales. Una noticia inesperada, no me constaba que estuviera enferma.
Nos dio la noticia del fallecimiento el Centro de Investigaciones Históricas de la Universidad de Puerto Rico, el 27 de junio ha muerto la doctora Carmen Alicia Morales, a los 78 años de edad. Era presidenta de la Asociación de Historia del Viejo San Juan de Puerto Rico.
Escritora e historiadora, Carmen Alicia obtuvo su doctorado en Historia Antigua y Medieval en la Universidad de Valladolid en 2009, especialista en historia de Castilla con su tesis doctoral ‘Isabel de Castilla: una psicobiografía’, en la que profundiza en nuestra reina’, que recorrió los lugares isabelinos con verdadera pasión.
Enamorada de nuestra tierra, Arévalo y Madrigal, de La Lugareja, y especialmente de Isabel I de Castilla La Católica, siempre que venía a España, venía a nuestra ciudad, a investigar siempre a su Isabel, y a ver a los amigos.
Además de sus libros sobre Isabel, que fueron varios de diversos aspectos de su biografía, donde se muestra como una mujer totalmente «isabelina», como ponen de manifiesto sus libros: ‘Borrachera Madrigal’ poesía narrativa, 2012; ‘Isabel de Castilla, una PsicoBiografía’, 2013; ‘Isabel de Barcelos: su contribución a la educación de Isabel la Católica’; ‘Isabel la Católica. Sus antepasados’, 2015; ‘Isabel la Católica: influencia en Puerto Rico’, 2016; entre otras obras. Ávida fotógrafa de todos los rincones que visitó.
Destacan también sus escritos sobre la historia de su querido San Juan de Puerto Rico, o el estudio del escudo de su ciudad concedido a la ciudad en 1511 por el rey Fernando el Católico. También se dedicó a la enseñanza, escribió poesía y cuentos, cultivó el teatro y la dirección teatral.
Nuestro encuentro fue muy chocante: se presentó en mi trabajo y entablamos una primera conversación, y me sorprendió por su viveza, su ansia de conocer, su acento especial, su entusiasmo, en definitiva. Después, ya más relajados, continuamos la conversación sobre Castila e Isabel. Desde el primer momento nos caímos bien e iniciamos una gran amistad que vivirá siempre.
Cuando ella venía a presentar algún nuevo libro de Isabel, en Arévalo siempre quería que fuera el Cronista el que la presentara… y yo todo orgulloso de ello… Me decía cariñosamente con su énfasis característico «Yo quiero que me lo presentes tú Ricaldo… quién mejor que el Cronista de esta querida ciudad…»
En su última época, siempre acompañada de su esposo Federico que la seguía a todas partes como un fiel admirador, y que en su etapa final necesitó tanto de las atenciones de Carmen Alicia… el último viaje a Arévalo, Fede ya estaba bastante menguado de fuerzas…
Amiga Carmen Alicia, desde allá sentirás este mi homenaje de amistad y admiración… Isabel seguro que ya te habrá recibido con los brazos abiertos, como te mereces.