RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ARÉVALO (ÁVILA)

La Ley Orgánica del Poder Judicial, la Ley de Planta y Demarcación, y a vueltas con  los juzgados, su desaparición o sustitución por “sedes desplazadas”… globosondas, que  lanzan y a ver qué pasa.

El revuelo está asegurado y luego del gran alboroto general que  produce tal anuncio, salen a desmentir y asegurar que eso no se producirá. Miedo me da,porque la experiencia nos dice que cuando dicen que no, pueden decir que sí…

Ahora hablan de los Partidos Judiciales de Arévalo, Arenas de San Pedro y Piedrahíta y que sus sedes judiciales no desaparecerán, pero que se convertirán en “sedes desplazadas”, ¿acaso no son cosas distintas?.

Aún sigue latente el caso de Cebreros y el quinto juzgado de la capital, un tema polémico y más político que operativo. Porque si está en dudas la permanencia o no en esta comarca de nuestra provincia, no hay duda que se dejan ver algunas apetencias interesadas, al menos eso es lo dice mucha gente.

Cuando el estado de la organización del territorio se pone en tela de juicio, algo se está deteriorando, aunque digan que es modernizar y acercar los servicios al ciudadano. Este tema me ha suscitado el recuerdo histórico que ha significado a aquellas ciudades y villas que no siendo capital de provincia o cabeza de obispado, eran un siguiente escalafón porque son cabezas de comarca.

Y en el caso de Arévalo, cabeza de uno de aquellos importantes Concejos, lo que se denominó Comunidad de Villa y Tierra, esas comunidades históricas que, con sus más y sus menos, fueron poder ejecutivo, judicial y económico, que funcionaron y ejercieron su misión con bastante eficacia.

Llegó la francesada y aparte de una guerra terrible, nos dejo influencias de la modernidad de Francia. Desaparecen aquellas históricas Comunidades y se implantan las nuevas demarcaciones provinciales por un tal Burgos, en cuyos límites no dudó en romper algunas comarcas históricas.

La comarca de Arévalo se vio sensiblemente perjudicada al serla enajenada una buena cantidad de pueblos y territorios a favor de las provincias limítrofes de Segovia, Valladolid y Salamanca. Desde entonces ya no se hablaba de Comunidades Comarcales de Villa y Tierra, sino de Partidos Judiciales.

Ahora este nuevo plan centralizador que están rumiando, no tiene nada se servicio público, aunque digan que es para acercar los servicios al ciudadano. Todo lo contrario, están vaciando de contenidos a las comarcas y sus cabezas y, aunque los medios técnicos digitales sean intemporales y sin límites físicos, y el transporte es más rápido, pero también más caro, sin contar además el tiempo, que cada cual valora el suyo. ¿No sería mejor dotar bien y modernizar estos juzgados comarcales? ¿No sería mejor recortar en otras cosas menos necesarias y más caras? No crean, que hay de donde recortar y con más motivos.

La modernización de los juzgados es una asignatura pendiente de varios ministerios del ramo. ¡Esto no tiene remedio! o sí… Entre tanto, algunas pequeñas capitales y el corporativismo provinciano, hacen como que no, pero en el fondo están encantados, porque viven muy de eso, del aparato administrativo y burocrático… eso es lo que dicen muchos ciudadanos a pie de calle.

Y para finalizar estas líneas, un pensamiento, porque leemos noticias que dan risa, por no llorar, como ese largo paréntesis parlamentario, que es como una larga estación de penitencia, que podríamos decir en estas fechas.

Un tiempo que podían emplear en bajarse al nivel de la calle. ¿Es que los legisladores no tienen otras cosas en que ocuparse? Porque, en esas largas vacaciones parlamentarias −como que casi estarían mejor mucho más largaaaaas−, menos legislación nueva y más cumplir la que existe, creo yo, ¡que esa es otra! El Derecho Natural es el que falta…