POR GABRIEL SEGURA HERRERO, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)
Hoy, lunes 6 de mayo, ha fallecido en Valencia, el músico y tenor eldense José María Pérez Busquier (Elda, 1930-Valencia, 2024). Nacido en el seno de una familia zapatera, fue el mayor de cuatro hermanos (José Mª, Gerardo, Helios y Magdalena). A los seis años, la familia Pérez Busquier deja Elda y se traslada a Valencia en busca de mayores oportunidades. Con tan solo 8 años, José Mª empezó sus estudios musicales que posteriormente continuaron en el Conservatorio Superior de Música de Valencia, donde curso estudios de violín, llegando a obtener en 1952 un premio extraordinario en dicho instrumento.
En sus años de juventud y al frente de un grupo musical recorrió muchos países europeos, recalando en Italia, donde llegó a participar en la película El Soltero, con Xavier Cugat, Abbe Lane y Alberto Sordi. Etapa en la que se relacionó con las grandes figuras de la canción ligera europea del momento, caos de Gilbert Becaud, George Breasens o Edith Piaf.
Sin embargo no sería la música ligera en la que encontraría su proyección profesional y personal. En Lausanne (Suiza) la representación de la ópera Otelo por parte del tenor Mario del Mónaco imprimió un giro radical en su trayectoria. Tras un periodo de formación con una beca de dos años en el conservatorio de música de Basilea, sus primeros contactos con la escena operística europea se producen es Zurich, Basel, Munich y Salzburgo, entre otras ciudades.
Inmejorables críticas en los principales diarios europeos, le llevaron a debutar interpretando el papel protagonista de la ópera Don Carlo, de Verdi, en la Opera de Lucerna (Suiza). Sin llegar a terminar la representación el director de la Opera de Viena, le contrató para varios teatros austriacos, realizando en Innsbruck numerosas representaciones de las óperas Tosca, Pique Dame, Tannhaüser y Turandot.
A partir de 1964 fijó su residencia en la ciudad de Graz (Austria) firmando un contrato de 10 años para actuar en el famoso teatro de la ópera de esta ciudad, independientemente de sus actuaciones por los principales escenarios operísticos de todo el mundo, entre ellos los festivales de ópera de Elda (1972-1978). Su exitosa carrera profesional y su reconocimiento le permitieron permanecer en Graz hasta su jubilación en 1985, fijando desde entonces su residencia en Valencia, donde ejerció de profesor de canto en el Conservatorio Superior de Música, donde formó a voces de la lírica española como Javier Galán, Amparo Navarro, Anna Albelda o Javier Palacios, e incluso Ana María Sánchez realizó allí cursos de perfeccionamiento.