POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
En diferentes ocasiones hemos utilizado algunas fotos aéreas del denominado “vuelo americano”, que entre 1956-1957 fotografiaron todo el territorio nacional, que en realidad fueron muchos vuelos que registraron como eran nuestros pueblos y ciudades en aquellas fechas. Fueron como un dron de los años cincuenta, las primeras imágenes conocidas desde el aire se nuestro casco urbano, a vista de pájaro… un proyecto de cartografía resultante de los acuerdos de defensa entre España y Estados Unidos.
Hace muchos años me regalaron una copia de una de estas fotos que me ha sido muy útil para diversos temas, la modificación del paisaje, la ubicación de algún detalle de nuestro patrimonio, o algunas delimitaciones.
O la reconstrucción de un aspecto antiguo, porque nuestra ciudad en esas fechas aún no había cambiado gran cosa, y, aunque esa copia que yo tenía no era una visión total de la ciudad, ni siquiera de toda la ciudad antigua, de su casco histórico, nos fue muy útil para reconstruir el imaginado Arévalo histórico.
Recuerdo que cuando estaba preparando el libro de las murallas que me publicó la Obra Social y Cultural de Caja de Ávila, tomé esa foto como referencia, porque, como el circuito de la propia muralla era incierto, con algunas de sus pates desaparecidas, de trazados contradictorios, pues era muy ilustrativo rastrear, precisamente ese circuito a través de la fotografía aérea antigua, sobre todo por la cantidad de cambios producidos en diferentes espacios urbanos. Así es cómo me aventuré a realizar esa hipótesis de su circuito. Y cuando me empezaron a salir datos en documentos que disipaban ciertas dudas, no me cabía la menor duda de poder rebatir algunas otras hipótesis contrarias a lo que yo veía con gran claridad que era el circuito de nuestras antiguas murallas.
Y así también es como, sobre esa foto aérea incompleta e imprecisa, el dibujante Miguel Sobrino con su mano e intuición magistral y con los datos y referencias que yo había conseguido en fuentes documentales, comenzamos a poner algunas cosas desaparecidas de las que teníamos algunos datos y a quitar otras que ciertamente eran posteriores, resultando de esta labor una aproximación al Arévalo medieval. Es lo que podíamos decir con cierta fiabilidad, una “reconstrucción ideal”.
Del mismo modo aparecieron otros muchos detalles, como los edificios que conformaban las Casas Reales de Arévalo, esas ya desgraciadamente desaparecidas, y nos atrevimos a realizar una hipotética reconstrucción ideal de ese palacio arevalense de los Trastámaras, de tal forma que esa idea se convirtió en una maqueta que se realizó el año 2004 para la exposición del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica… La verdad es que teníamos datos de textos, de unos edificios poco transformado para su conversión a monasterio, además de otros muchos datos que arrojaron las excavaciones arqueológicas… con todo eso nos quedó una maqueta muy celebrada que hoy está en el Museo de Historia de Arévalo “Arevalorum”.
Después de aquellas aventuras tan fructíferas en esos dos temas citados, de nuevo una foto de aquellas denominadas del “vuelo americano”, es de gran utilidad para la investigación y documentación del denominado Molino Nuevo, o de La Isla, o de Álvaro de Luna, nombre este último que no sabemos quién se lo puso, ni a que motivo obedece, ni el momento exacto en que se lo pusieron.
Unas cuantas dudas el estado de aquellas playas fluviales de nuestra infancia y juventud, del “roto” y sus remansos u hondones de nuestros baños veraniegos, y algunos primaverales… No solamente el trazado del dique o muro de la represa, sino de otros muchos detalles que facilitan las lecturas del recuerdo, con la tranquilidad de que algunas imágenes corroboran algunos recuerdos hoy borrados para siempre.
Lo que dan de sí las fotos del “vuelo americano”, fuente inagotable de datos… R.G.SANCHO