POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Esta ancestral calle, antigua y populosa, albergó desde el siglo XV – XVI la enfermería de los afectados por la Peste Negra o Bubónica. Esta dolencia tenía un alto porcentaje de muertes por tratarse medicamente de formas erróneas y perjudiciales como era el empleo de sangrías.
Fue en este lugar donde San Francisco Solano ayudó en el campamento establecido en tenderetes y tiendas de campaña habilitados para tener en su interior a los enfermos. Tal fue la incidencia de la peste de 1583, que se habilitó incluso un molino de aceite para acoger a más afectados.
San Sebastián también albergó enfermos e incluso los manteles de la Virgen de las Angustias la tuvieron que usar para paños para la fiebre.
Aquí os dejamos una vista trasera del Camarín de Nuestra Señora de las Angustias con el rebaje que se ha ido haciendo en su pared para facilitar el paso de vehículos.