POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Cruz de hierro que está en una fachada de la plazuela de Santa Clara, indicando una de las estaciones del Vía Crucis cuyo recorrido se hacía en Semana Santa. Se adornaba con flores y lazos blancos en el DÍA DE LA CRUZ DE MAYO, un día como hoy. Porque mayo, en sus inicios traía sabor a convocatoria antigua, a reunión de cabildo en el que se nombraban los cargos y oficios para el buen gobierno de la cofradía de la Santa Vera Cruz.
Tras cerrar los nombramientos y acuerdos asentados en el libro por el mayordomo, tras haber hecho señal de campana, en el DÍA DE LA CRUZ, entonces el 3 de mayo, como era costumbre, fiesta de alta estima y observancia, se colocaban y adornaban altares en los portales, en los zaguanes y alcobas de las casas, para recordar en plena Pascua Florida, que del madero seco había florecido la Vida.
El pueblo así lo proclamaba y rezaba “Vete de aquí Satanás, que de mí no sacas ná, porque en el día de la Cruz dije mil veces Jesús, Jesús, Jesús”. Y otras jaculatorias como estas: “La cruz bendita no tiene cielo, pero tiene una colcha de terciopelo”. “Tenga usted buenas tardes Santísima Cruz, corona y estandarte del Niño Jesús, ¿Quién es la mayordoma de esta Santa Cruz? es la seña Polonia, Dios le de salud”. Que no decaiga esta bella tradición.
Acordando también disponer prácticas, ritos y devociones a lo largo del año en los que las faenas, los rezos y las diversiones de aquellos hermanos de asiento, luz, espalda y de sangre asumían con devoción, para que no se perdiese la memoria, el culto y las reglas legados por cuantos les habían precedido. Bajo el carisma y esta alta exigencia “Hermanos, nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de Nuestro Señor; en él está nuestra salvación, vidas y resurrección, Él nos ha salvado y libertado” (Ga. 6,14). La Iglesia celebra la festividad de la “Exaltación de la Santa Cruz”, también llamada en muchos pueblos “El Cristo”, el 14 de mayo.