POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Este último fin de semana correspondiente al mes de septiembre se celebra el Día de la Provincia, una de las fiestas más acertadas y oportunas, cuya finalidad es dar a conocer y potenciar de una manera firme y eficaz el lugar elegido como centro festivo y con él toda o parte de la comarca que comprende y así ir dando y cubriendo tantas necesidades, oportunidades y mejoras que el momento vaya exigiendo.
Este año la celebración tiene lugar en la auténtica reina de los Arribes, un escenario geográfico en el que el hombre desde hace milenios se ha aclimatado y a pesar de sus dificultades ha conseguido convertir una tierra dura y difícil en un auténtico vergel, lo que nos dice y habla con toda claridad de los valores despertados y desarrollados en los habitantes de esas tierras. Junto a los ríos, la historia ha seguido siempre su curso. Nada digamos en este caso concreto donde son dos los que la marcan y además esa historia señaló a la vez como frontera lo que aumenta a su vez la importancia.
Señorío eclesiástico como su Castillo y sus tierras. Pinilla, Fornillos y Formariz constituyen su territorio y en esa geografía dura y difícil el fermosellano, con ese microclima especial, ha conseguido arrancarle al granito, rey de su suelo, ese milagro de la Cicutina, por citar uno de sus pagos más conocidos y a la vez ese milagro del suelo y del clima, la tenacidad y constancia que caracteriza a sus gentes de aquí la constante búsqueda de tierras y lugares donde buscar y encontrar, donde luchar con y sobre la tierra. Lejos o cerca al fermosellano no le ha importando la lejanía o las dificultades porque es en sí mismo un luchador nato, tenaz e incansable.
Sus inquietudes han sido una constante a lo largo de su historia y sus frutos marcarán por sus cualidades límites como pasó en la época de los Reyes Católicos en la que se le impone a sus vinos el límite de Sogo como fin de su expansión de cara a la ciudad, ya que su calidad era muy conocida.
Ricardo Ballesteros, en su célebre obra «Alma sayaguesa», dedica a esta noble histórica villa de Fermoselle y su tierra -de la página 84 a la 93- un bonito trabajo en el que hace un análisis desde la geografía y sus habitantes, destacando con todo rigor las características de sus habitantes, dejando volar su imaginación a la vez que nos lleva tras ellos por tierras y países sin dejar atrás ni olvidar las características y curiosidades urbanísticas e históricas que encierra. Junto a todo esto no olvida nada respecto a sus costumbres y tradiciones llena de un rico y atractivo sabor popular que constituye su faceta posiblemente más destacada.
Hoy sobre la villa pesa la potenciación de sus valores, historia, ambiente, productos ricos y variados junto a esa puerta abierta sobre la línea fronteriza que curiosamente en estos días cumple los ciento cincuenta años de su último y definitivo trazado, el 29 de septiembre de 1864. Que el Día de la Provincia deje su huella en tan noble villa.
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