POR ANTONIO BRAVO NIETO, CRONISTA OFICIAL DE MELILLA.
(Dedicado a mis alumnos de Historia de España)
Desde 2008, se conmemora el 9 de junio como Día Internacional de los Archivos, una efeméride auspiciada por el ICA (Consejo Internacional de Archivos).
Todos conocemos el valor e importancia que tienen los archivos, como garantes de la conservación de la memoria histórica y su difusión para toda la sociedad en general.
La oficina del Cronista Oficial de la Ciudad de Melilla cuenta con un archivo que no es importante en volumen, pero si conserva relevantes fondos y documentos de distintas épocas, datando los más antiguos del siglo XVI.
Para celebrar este Día de los Archivos hemos escogido un documento realmente curioso y que refleja de forma anecdótica la política española del siglo XIX, en concreto a María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, la última esposa de Fernando VII y que asumiría la regencia entre 1833 y 1840, durante la minoría de su hija, futura Isabel II.
Momentos de lucha entre carlistas y liberales, y que tuvieron en Melilla su reflejo más popular en forma de “coplillas” que circulaban entre sus habitantes.
El documento es un expediente de 1833 abierto como consecuencia de una de estas “coplillas”, que el confinado Mariano Moreno Palancas había escrito en honor a la Reina. Decía en algunas de las estrofas:
“Viva Cristina que nos proteje
ya elque lepese
Bueno es tragar
Se acavo el tiempo
delas mentiras
porque Cristina
save Reynar
Ya lo estais biendo
esos canallas
que buestras mañas
no ande triunfar…”
Sin embargo, otro confinado llamado Tomás Sánchez Moya aprovechó para realizar con “siniestra intención” una crítica de matiz político en contra de los liberales, que repetía cantando:
“Yo soy San Antonio
yo soy carpintero
yo se hacer horcas
para los liberales”
En aquella fecha era gobernador de la Plaza Luis de Cappa y Rioseco, que vivió estos momentos tan difíciles para España en general y para Melilla en particular.
¿Cómo concluyó este expediente? Finalizadas las diligencias en las que se incluyeron varias declaraciones de testigos, se acordó castigar a Sánchez Moya al lugar de reclusión llamado Gazapón durante un mes.
Melilla vivía por entonces las mismas convulsiones que sufría el resto de España entre los que consideraban al liberalismo representado en María Cristina y su hija Isabel como el futuro del país, y los que apoyaban a Carlos María Isidro que defendía mantener el llamado “Antiguo Régimen”.
Cronista Oficial de Melilla.