POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Por las noches, en lugar de ver el telediario aterrador, suelo conectarme con alguna película de Movistar; la pongo hacia las ocho para llegar a tiempo a la clase de Meteorología, con Mónica López. Me entusiasma Mónica: sus piernas, sus isobaras, sus zapatos, sus temperaturas, la fiebre de España; refresco con ella aunque pronostique calores.
Anoche, antes de admirarla, vi “Una idea brillante”, largometraje en el que Pierre (Daniel Auteuil), profesor de Universidad, adiestra a Neïla (Camélia Jordana) para un prestigioso concurso de elocuencia; de elocuencia, no de ética; de dialéctica, donde la verdad no es relevante y lo fundamental es tener razón, donde son capitales los argumentos así concluyan en una indecencia.
Esgrima espiritual, dicen, centrada en matar al adversario. Decía mi abuelo materno que las personas inteligentes encuentran ridículo casi todo; las racionales comulgan hasta ruedas de molino.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/dialectica-pura.html