POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Charles Dickens (1812-1870) en el capítulo “El significado de la Navidad cuando envejecemos”, ruega que no se cierren las puertas a los ausentes que en la nochebuena llaman a ellas, pidiendo que se les haga, aquí, sitio en la mesa, para ser recordados con esas lágrimas que son la forma de decirles que siguen viviendo y siendo queridos; y con el consuelo que da saber que viven junto a Aquel cuyo nacimiento ya llega.
Llegan días para leer a Dickens, no porque sea el inventor y divulgador de las Navidades sentimentales con los cuentos que cada diciembre publicó a partir de 1843, fecha de aparición de la fundacional Canción de Navidad, sino por agradecimiento al escritor que junto a Julio Verne más tiempo ha acompañado a muchas generaciones. Si en estas fechas van a Londres, no dejen de visitar la casa de Dickens en el 48 de Doughty Street, en ella, el escritor terminó Club Picwick y nacieron Oliver Twist y Nicholas Nickleby.