POR ÁNGEL DEL RIO, PERIODISTA Y CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE
Averiguar lo que el gobierno de Pedro Sánchez va a hacer contra Madrid, no tiene mérito. La apuesta es segura: nada bueno, nada que se base en criterios técnicos, nada que no sea sospechoso de estar bañado en interés partidista. La declaración de estado de alarma se veía venir. Si judicialmente no se podía, se recurre al decretazo para imponerlo; si los jueces dijeron que no, el gobierno cambia la estrategia para que sea que sí. No vale que Navarra ofrezca peores datos que Madrid en las cifras de la pandemia, lo que parece que vale es que los navarros están gobernador por PSOE-Bildu y los madrileños por Partido Populares-Ciudadanos, porque de otra manera no se entiende.
El gobierno de Sánchez ha dinamitado el puente del 12 de octubre para que los madrileños no puedan salir fuera de su Comunidad. Y con el puente dinamitado y la población confinada, la economía madrileña, y la de otras zonas de España donde se iban a desplazar durante unos días los vecinos de la Comunidad de Madrid, queda también dinamitada por los artificieros de la Moncloa.
El ministro de Sanidad y Alertas, Salvador Illa, quiere hacer uso de su nombre y ser el “salvador” de muchas vidas. Ayer dijo que, esa serie de medidas que ha tomado, son para velar por la salud de los ciudadanos. Si lo que de verdad quiere es esto, la manera más eficaz de hacerlo, es dimitir, retirarse e ir preparando su candidatura presidente de la Generalitat catalana.
Si España es uno de los primeros países del mundo en número de contagios, de muertos y hospitalizados por el coronavirus, algo de culpa tendrá la gestión realizada por el gobierno social-podemita, el señor Illa y el señor Simón, aunque ellos se sacudan las responsabilidades. Pero solo se criminaliza a las comunidades, a los ciudadanos y a los que caminan por la acera de la derecha.
Madrid ya es territorio en estado de alarma. Todo está consumado. Nada que no se esperara.