POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Trabajé en la empresa que abrió Dionisio Ridruejo en 1977, viví en esa calle varios años y celebro que no le hayan cambiado el nombre, aunque Dionisio estudió con maristas y jesuitas, fue de los primeros seguidores de José Antonio Primo de Rivera, en el embrión de la Falange, escribió algunos versos del “Cara al sol”, en 1937 viajó a la Alemania nazi a un acto de Kraft durch Freude; hombre de confianza de Serrano Suñer, fue jefe nacional de Propaganda (conocido por su oratoria como el Goebbels español), redibujó FET y las JONS, colaboró con el diario Arriba España, se alistó en la División Azul… Luego cambió de ideas, vivió cuatro años en el exilio, ganó el Premio de Literatura Francisco Franco, en 1950, y en 1951 regresó a España. Pues sí, en Oviedo honramos la memoria del poeta y el político con una calle en fondo de saco, es decir una calle sin salida, aunque Dionisio supo salir.
Fuente: http://www.lne.es/