POR PEPE MONTESRRÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Queremos políticos honrados, decentes, modestos, moderados, condescendientes, que ganen poco o nada y puedan justificar su falta de ingresos, que no hayan heredado o conste que renunciaron en favor de los pobres y los chinitos, leales, limpios de polvo y paja, de buena fe, con las cartas boca arriba, que se mojen sin resfriarse, sencillos pero no ingenuos, cordiales aunque firmes, afables, inteligentes, llanos, agudos, obtusos no, familiares, sin lazos familiares, pero de buena familia, probos, imparciales, independientes, insobornables, que en su adolescencia no hayan plagiado a Bécquer, ni copiado en el Bachiller, ni pagado jamás al fontanero sin factura, ni tropezado por primera vez con piedra alguna, políticos profesionales que no sean profesionales, buenos en el buen sentido, abiertos (las 24 horas)…, queremos santos en un mundo ateo, queremos dioses.
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