NOTICIA QUE CITA EL DISCURSO DE PEDRO SÁNCHEZ NÚÑEZ, CRONISTA OFICIAL DE DOS HERMANAS (SEVILLA).
Pedro Sánchez Núñez rinde homenaje a sus antecesores en su discurso de recepción.
La Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungríaha acogido este martes en el Salón Carlos III de la sede de la Casa de los Pinelo la Sesión de Recepción como Académico Numerario por la Sección de Música de Pedro Sánchez Núñez. Tras las palabras de bienvenida del presidente, Juan Miguel González Gómez y la lectura del extracto del acta de elección por el secretario general, Fernando Fernández Gómez, Pedro Sánchez leyó su discurso de recepción titulado ‘Pequeña crónica de la Academia: El sillón número 16’, con el que rindió homenaje a ilustres personajes que ocuparon ese sillón con anterioridad, «que no deben caer en el olvido».
Quien fuera nombrado hace veintiséis años correspondiente en Dos Hermanas de esta Real Academia comenzó recordando a la profesora de piano y concertista Pilar Bilbao Iturburu, a quien sucede en el sillón número 16, una de las cuarenta plazas de académicos numerarios. A continuación glosó brevemente la biografía de quienes habían ocupado el sillón número 16 a lo largo de la historia, entre ellos, «militares, abogados, catedráticos, políticos, empresarios, un sacerdote, una futura Santa y prestigiosos músicos». El actual ocupante del número 16 se remontó a Antonio Freyre (1844-1873), que fue el más antiguo titular de esta plaza. Le siguió el bibliófilo, americanista, político y abogado José María Asensio y Toledo (1873-1882), que está considerado uno de los cervantistas más destacados del siglo XIX.
Tras él, recordó a Manuel Bedmar Escudero (1882-1897), catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla que llegó a ser su rector entre 1890 y 1892 y tras quien esta plaza pasó a ser desempeñada, sucesivamente, por dos empresarios, los hermanos Eduardo Ybarra González (1897-1911) y Tomás Ybarra González (1912-1916), hijos de José María Ybarra Gutiérrez de Cabiedes, primer conde de Ybarra, que formaron, junto a sus demás hermanos, «uno de los grupos empresariales y políticos más influyentes de Sevilla durante el último tercio del siglo XIX y a lo largo del siglo XX».
Entre ambos, Francisco Murillo Herrera (1912), que no llegó a ocupar el sillón por renuncia, fue el creador del prestigioso Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla en 1907, con obras de los más prestigiosos fotógrafos, desde Laurent a los Beauchy hasta cerca de 130 artistas que dejaron testimonio de las obras más importantes, algunas de ellas ya desaparecidas.
Tras los hermanos Ybarra ocupó el sillón número 16 el sacerdote José Sebastián y Bandarán (1917-1972), personaje muy influyente en la época que tuvo una dedicación importante a la organización del mundo cofrade. Fue director espiritual de las hermandades de Pasión, del Silencio (donde salió hasta los últimos años de su vida) y de la Esperanza de Triana. A él se debe la recuperación y reconstrucción de la trianera capilla de los Marineros, lugar en el que reposan sus restos desde 1987.
Madre Cristina de la Cruz
Sor Cristina de la Cruz de Arteaga y Falguera (1973-1984), fue priora del cenobio jerónimo de Santa Paula desde 1944, cargo que ejerció el resto de su vida. En 2001, el cardenal Amigo Vallejo abrió el proceso para canonizar a sor Cristina y el 15 de septiembre de 2009, tras probarse los méritos extraordinarios de una vida ejemplar, se envió a Roma la documentación quedando abierto el Proceso de Beatificación de quien tuvo una vida monástica ejemplar y dejó una importante obra de investigación y numerosas publicaciones.
A Sor Cristina de la Cruz le siguió el profesor y compositor Mariano Pérez Gutiérrez (1985-1994) y Manuel Castillo Navarro-Aguilera (1995-2002), quien realizó una brillante carrera de pianista y compositor, que le hizo acreedor a los más importantes premios de su especialidad y da nombre al Conservatorio Superior de Música de Sevilla desde 1992. Tras la mencionada Pilar Bilbao, el cronista oficial de Dos Hermanas tomó este martes posesión y tras la contestación al discurso de recepción por Juan Rodríguez Romero se procedió a la clausura de la sesión académica.