POR JOSÉ MARÍA SAN ROMÁN CUTANDA, CRONISTA OFICIAL DE LAYOS (TOLEDO)
Como febrero es el mes más breve del año, toca hoy hablar de la publicación periódica que se distingue por ser muy breve en Toledo, así como la más importante por ser la primera de todo el siglo XX. Hablo, en este caso, del Boletín de la Sociedad Arqueológica de Toledo. A pesar de que tan solo tuvo diez números bimestrales de existencia, acabándose su publicación el julio de 1902, lo cierto es que su contenido no solo en relación a la arqueología, sino también en lo tocante a las actividades de la dicha Sociedad, es una fuente importante para conocer un fragmento de la historia toledana que no suele ser de aparente interés para los investigadores y que, sin embargo, nos ofrece grandes posibilidades a la hora de contar la historia de Toledo desde una parcela muy concreta.
La Sociedad estaba encabezada por una junta directiva de auténticos y reconocidos intelectuales toledanos, a cuya cabeza estaba el médico orgaceño Juan de Mata Moraleda y Esteban, personaje imprescindible en la historia de Toledo y su provincia. Junto a él, dirigieron esta prestigiosa entidad perfiles tan importantes y destacados como el de don Manuel Castaños Martínez -padre de don Emiliano Castaños-, Jerónimo Gallardo, Saturio Lanza, Atilano Rubio, el conocido profesor y matemático Ventura Reyes Prósper -estudiado recientemente en profundidad por mi querido amigo Juan José Fernández Delgado-, el militar Hilario González, Rafael Torromé, Clemente Ballesteros y Julio González. Contaron, en fechas posteriores, con personajes de gran importancia en la ciudad de Toledo, como fueron Anacleto Heredero, reconocido sacerdote toledano y hermano de la primera mujer académica toledana, la abadesa de Santa Isabel Sor Encarnación Heredero, Atilano Rubio Dorado o el propio Cardenal Sancha.
Este Boletín, cuya dirección ostentó el conocido Manuel Martínez Simancas, se hizo realidad gracias a la imprenta de Peláez. En su contenido, además de artículos técnicos de interés para la arqueología toledana, publicaba noticias sobre la vida arqueológica y cultural toledana y recogía la relación completa de socios de la Sociedad. En cuanto al coste de esta publicación, costó seis pesetas al trimestre, precio que se mantuvo hasta el fin de su existencia, datada entre enero de 1900 y julio de 1901.