Una pequeña biografía de los Baraya, descendientes de mis XI abuelos, Pedro de Verástegui Velasco y Maria Sáez de Trucios, naturales de Balmaseda (Vizcaya) que se asentaron en la Villa de Laredo, pasando algunos de sus miembros a Colombia. Fuentes: Familia Baraya y Wik ipedia
DON FRANCISCO DE BARAYA Y LA CAMPA
Fueron sus padres don Francisco de Baraya y Larrave, hidalgo vizcaíno natural de Durango, y doña Clara de la Campa y Sisniega, originaria de Laredo en Castilla la Vieja.
Se decidió por la carrera militar desde abril de 1740, sentando plaza de Cadete en el Regimiento de Caballería de Santiago. Ingresó luego a la Compañía Española de Reales Guardias de Corps, donde obtuvo en 1752 el grado de Teniente de Caballería. Años más adelante, el Rey don Carlos le dispensó el grado de Capitán de Caballería de los Reales Ejércitos.
A la edad de 30 años, por la real orden del 12 de junio de 1753, pasó al Nuevo Reino de Granada con la comitiva del Virrey Solís, quien le dió en junio de 1758 el gobierno de la provincia de San Juan de Girón, además del título de Alcalde Mayor de Minas, de las vetas de Pamplona y Bucaramanga, cargos que desempeñó por doce años. Posteriormente fue Gobernador y Comandante General de Riohacha y de nuevo designado para el gobierno de Girón.
Luego de haber desempeñado otros importantes cargos , la Corona designó a Don Francisco de Baraya como Gobernador de Antioquia, por Real Cédula del 22 de agosto de 1786, mediante título dado en Madrid. El Virrey Caballero y Góngora extendió el respectivo título en Turbaco el 18 de agosto de 1787. Baraya se presentó ante la Audiencia el 9 de junio de 1788 y juró cumplir con las obligaciones de su cargo. Fue recibido como Gobernador de Antioquia el 10 de agosto de 1788 por el Cabildo de Medellín y desempeñó funciones hasta 1793, año en que fue trasladado a Santafé.
Durante el mandato de Don Francisco Baraya una de las más importantes realizaciones para el desarrollo de las actividades de la Provincia fue la apertura del camino de Antioquia y Medellín al puerto de Juntas de Nare, que llegó a ser el más antiguo y primer puerto sobre el río Magdalena.
Se construyeron bodegas en este puerto y se inició el desarrollo comercial de Rionegro y el tráfico por el oriente de la provincia. Se convirtió en lugar obligado para el movimiento de personas y carga, y allí se instalaron algunas familias españolas.
Durante esta administración, por diversas circunstancias, vecinos de la ciudad de Rionegro y del valle de Marinilla, se desplazaron hacia las montañas de Sonsón con el fin de establecerse allí; para ello pidieron la autorización al gobernador de Antioquia. Baraya acogió la idea con entusiasmo, y expidió el 27 de agosto de 1789 un decreto en el que se anota, entre otras cosas, que: siendo tan de mí agrado el proporcionar a estos vasallos de S. M. todas las ventajas y comodidades que pendan de mi albedrío, desde luego se accede en que se haga la población que estas partes solicitan, en las montañas del valle de Sonsón. Se puso así lo que pudiera llamarse la primera base de la fundación, ya que la erección de parroquia y la creación del municipio, fueron mas tarde.
Además de lo anterior, intervino con eficacia en los trámites convencionales que para estos casos se acostumbraban; por lo cual puede considerársele como uno de los principales promotores de la fundación de Sonsón.
En el ejercicio de su gobierno, y de común acuerdo con la autoridad eclesiástica, autorizó a varios vecinos, en los años de 1792 y 1794, para levantar un templo en el paraje denominado Santo Domingo, ya que el sitio llenaba las condiciones para el caso y el terreno había sido donado por un vecino.
Había contraído matrimonio el 1º de junio de 1767 en Santafé con doña María Rosalía Ricaurte, hija de don Rafael de Ricaurte y Terreros y de la noble dama antioqueña doña María Ignacia Mauris de Posada. Entre sus hijos se destacó el general Antonio Baraya, gran prócer de la Independencia y mártir de la Patria.
La muerte de Don Francisco ocurrió en Santafé en 1796. (Hoy en día Santa Fé es la ciudad de Bogotá) Fue su hijo:
Don Antonio Baraya Ricaurte (San Juan de Girón, 31 de enero de 1776-Santafé de Bogotá, 20 de julio de 1816)[1] fue un militar colombiano. Fue el primer militar granadino que comenzó la guerra de la independencia (1810). Tomó partido por los federalistas y se rebeló contra el centralista Antonio Nariño; finalmente fue derrotado y murió fusilado, por orden del gobierno español durante el Régimen del terror.
Hijo de Francisco de Baraya y la Campa, gobernador y Justicia Mayor de Girón y Antioquia, y de María Rosalía de Ricaurte, nació en Girón, provincia de Girón, Nueva Granada (hoy Girón, Departamento de Santander, Colombia) a la una y cuarto de la mañana del 31 de enero de 1776, según consta en su Acta de Bautismo de la Iglesia de San Juan Bautista de dicha ciudad, libro 7 de bautismos 1773-1784, folio 44v. La vida militar le atrajo desde muy pronto. Después de enrolarse en el ejército del rey, alcanzó el grado de teniente en 1802, y para el 20 de julio de 1810 era ya capitán de la guarnición de Santafé, junto con el coronel Juan Samano, con quien no tenía buenas relaciones. Los acontecimientos de la mencionada fecha apresuraron a que Baraya dispusiera de una brigada de hombres a favor de la causa independentista. Poco más tarde, la Junta Suprema de Santafé proclamó la creación del batallón de voluntarios de la Guardia Nacional que puso al servicio del teniente coronel Baraya.
Logró la primera victoria de los independentistas frente a los realistas de Miguel Tacón el 28 de marzo de 1811, en la denominada batalla del Bajo Palacé. Luego de su entrada triunfal en Santafé fue ascendido al grado de brigadier del Ejército.
El presidente Antonio Nariño le encomendó el sometimiento de los federalistas del Congreso de las Provincias Unidas, donde cambió de bando, uniéndose a la causa federalista junto con Francisco de Paula Santander.[2] En 1812 tomó como base de operaciones a Tunja, propinó a Nariño las derrotas en Charalá y Paloblanco, y su ejército, dirigido por el brigadier Joaquín Ricaurte venció a los centralistas en la Batalla de Ventaquemada el 2 de diciembre de ese año.[2] Sin embargo, fue derrotado el 9 de enero de 1813 en la Batalla de San Victorino por Antonio Nariño en Santa Fe (Bogotá), desviando a parte de las tropas invasoras hacia Monserrate.[2] Después de su nombramiento como comandante general de las Provincias Unidas de Tunja, hubo la etapa de la Reconquista por parte de las tropas españolas y en dicha situación, Antonio Baraya emprendió la huida al sur del país ante la persecución de las tropas realistas, finalmente fue apresado por los hombres de Pablo Morillo, y posteriormente fusilado en la plaza Mayor de Santa Fe.