POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA.
Cuentan que incluso hablaba con él. No me extraña. Aquel espléndido árbol era el ejemplar que más le gustaba en el mundo. Incluso consiguió frenar una campaña para cortarlo. Les hablo del ficus de Santo Domingo, que ya cuenta con 131 años, y del gran Ricardo Codorniú.
El ficus sobrevive de puro milagro. Hubo un tiempo lejano en que los vecinos de la plaza denunciaban cómo las enormes ramas del árbol tapaban el sol de sus nobles fachadas. Cada uno es apolítico hasta que le tocan la casa o la cartera.
Y Codorniú, en una época donde la ecología era una quimera, alzó su voz para defender tan espléndido ejemplar. Es posible que el ficus comprendiera aquel acto de amor. Años más tarde, el 26 de septiembre de 1923, se desgajó de su imponente tronco una gran rama. Sucedió el mismo día en que murió don Ricardo.
Era este señor ingeniero de montes, ecologista y, por cierto, un maestro del esperanto. Fue, entre tantas cosas que por estos lares olvidamos, quien logró reforestar completamente Sierra Espuña y la pinada de Guardamar del Segura. En 1911 creó la Sociedad Española de Amigos del Árbol, cuando apostar por el medio ambiente suponía arriesgarse tanto como cuando Galilei en el siglo XVII defendía la redondez de la tierra.
El ficus fue plantado en 1893. Se conoce esta fecha pues Codorniú la incluyó en su ‘Guía del Parque Ruiz Hidalgo de Murcia’, una obra divulgativa creada para acompañar a los visitantes en aquel espacio verde que ocupaba los sotos del Segura. Fue la primera de este tipo en España.
La ciudad, cosa inaudita, honraría al ecologista con un monumento, obra del genial Planes, que fue inaugurado un 4 de octubre de 1926. LAVERDAD contaría en sus páginas que el jardín “ha visto blanquear al pie del árbol gigantesco una ofrenda con que Murcia mantiene viva la memoria del Viejo forestal”.
El acto no pudo ser más solemne. La Corporación en pleno, la banda del 33 Regimiento de Infantería, la numerosa familia del bien llamado “apóstol del árbol”, el poeta y el periodista Jara Carrillo declamando unas palabras en homenaje del ilustre murciano, quien, en su tiempo y adelantándose a tantos como precursor universal del ecologismo, ya propuso que los delitos ecológicos fueran contemplados en el Código Penal. A ver cuándo se le reconoce ese mérito.
La niña Anita Hernández Ros, nieta de Codorniú, fue la encargada de descubrir la obra donde, según otra leyenda, ella quedó inmortalizada en mármol de Italia.
La escultura fue restaurada en 2013 tras muchas gestiones de quien esto escribe, vulgo dar por saco a quien mandaba, que era el alcalde Cámara y con agrado lo aprobó, a cada cual lo suyo. El nieto del escultor, Pepe Planes, la trasladó a su taller de Espinardo.
Entonces decidí que, cuando volviera a ser colocada en Santo Domingo, no lo fuera debajo del centenario árbol, sino enfrente, en otro parterre donde se contemplaría mejor y, lo que era más importante, quedara fuera de peligro ante posibles desprendimientos de ramas, como ocurrió un poco más tarde.
Aquí quería llegar. Tras el desprendimiento de gran parte del árbol en 2017, el concejal del ramo, Pepe Guillén, decidió instalar unas macetas que, a modo de jardín vertical, sirvieran como perímetro de seguridad para los ciudadanos. Y allí siguen aunque, por cierto, el Consistorio mantiene lozanas, como es su obligación.
Sin embargo, el histórico monumento, tras colocar esa barrera artificial, quedó encerrado en un parterre, de espaldas a cuantos disfrutan tan céntrica plaza. Como si a don Ricardo lo hubieran castigado, ya no cara a la pared, sino cara a su amado ficus.
– ¡Pero pijo, pues que le den la vuelta!
– ¡Claro! Y que le pongan a La Fama del Romea su corona. Espere usted sentado.
Estas cosas evidencian, se cojan por donde ustedes quieran, cierta desmemoria en poner en valor y difundir nuestra historia. ¿Qué no? Siete años lleva el ilustre don Ricardo mostrando a los turistas solo su magna coronilla. Quizá para ver el caos de tráfico y los humos de la cercana Gran Vía más tranquilo ande así.
Publicado en La Verdad de Murcia
FUENTE: https://www.facebook.com/Abotias