POR ÁNGEL DEL RIO LÓPEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE Y MADRID CAPITAL.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha confirmado la absolución de la expresidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, en el conocido como “caso máster”, por lo que queda desestimado el recurso de la Fiscalía, que solicitaba la anulación de la resolución y la petición de juicio.

¿Dónde se ha metido esa legión de inquisidores que culparon a Cifuentes, antes de ser juzgada? ¿Dónde se ha metido esa camarilla de sentenciadores compulsivos? ¿En qué cloaca andan escondidos los acusadores gratuitos, los violadores de la presunción de inocencia, los aficionados a condenar antes de que se inicie un procedimiento judicial? Ahora, todos callados como ratas; todos ocultos en el presunto anonimato de los que no dan la cara.

Una vez más, se ha producido el acoso y derribo prematuro a una persona que ha sido absuelta por un tribunal. Vuelve a repetirse la “pena de telediario”, mejor dicho, de tele-ideario, el oportunismo y aprovechamiento interesado de los que no pueden esperar a las sentencias de los juces, para lapidar al reo.

Cristina Cifuentes ha sido absuelta por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pero nadie la va a resarcir ahora del mal que le produjo la “sentencia popular condenatoria”, que arruinó su carrera política, que ensució su buen nombre, que la puso en el disparadero de la opinión pública. El mal ya está hecho y los inquisidores duermen tranquilos.

Y cuando hablo de esos mezquinos justicieros, difamadores encendidos y ejecutores sin conciencia, alguno de ellos encuentro dentro del propio partido de Cifuentes. A. del R.L.

FUENTE; CRONISTA