POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Guiado por Alfonso Millara, visité en 2009 las cuevas paleolíticas de Ribadesella, a la vera del sumido río San Miguel; accedí por la entrada primitiva, la occidental, escuché el Litófono, esbabayéme en el Camarín de las Vulvas y me alucinaron más de 30.000 años de arte. Ayer visité en Oviedo la expo del Arqueológico, “50 años de los descubrimientos en Tito Bustillo”, leí el catálogo de Balbín, Bueno y Alcolea, y dado que destacan las cuevas de Monte Castillo, en Cantabria, con similar antigüedad a las de Tito (según datación con carbono 14 y uranio/torio), corrí a visitarlas a Puente Viesgo, donde quizá convivimos neandertales y cromañones, y tras admirar el asombroso contenido trepé al continente, al agudo Monte del Castillo, mirador del Pas; en su cumbre escuché a Ida Vitale, reciente premio Cervantes: “¡Estoy aquí y allá: de paso, en ningún lado. Cada horizonte: donde un ascua atrae. Podría ir hacia cualquier fisura”.
Fuente: https://www.lne.es/