ROCAS TALLADAS O ADOSADAS EN LA FACHADA DE LA IGLESIA SAN ANDRÉS CON CONMNOTACIONES RELIGIOSAS PERO CON FINALIDADES DISTINTAS, POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL (CÁCERES)
Ambas rocas talladas se hallan hoy incrustada (la primera) o adosada (la segunda) en los muros de la iglesia de San Andrés, las dos poseen connotaciones religiosas y son de granito (de mejor calidad la última); pero su origen y finalidad son diferentes. Veamos:
La cruz sobre piedra de la fachada sur
En la arquitectura religiosa, la presencia de cruces en las iglesias se encuentra ya recogida en los tratados de los primeros autores cristianos desde fechas bastante remotas, como elemento protector de los templos (al igual que en las casas, corrales, etc.). En las casas de la Vera hay muchas, e inscripciones. Y, cómo no, en Cementerios y otros lugares sagrados –entonces.
Pueden aparecer talladas (como ésta del muro meridional de San Andrés), grabadas en la roca (hemos observados muchas en Castilla y León, por ejemplo) y aisladas (formando “cruceros” o no, muy habituales en Galicia, Irlanda, Bretaña, Extremadura, etc.).
La que mostramos, que puede apreciarse claramente en la pared orientada a la calle Antonio Concha, cerca del ábside y del suelo, pudo formar parte de la primitiva iglesia que se levantó en el siglo XV; especialmente , como asevera mi amigo compañero e eminente arqueólogo Antonio González Cordero, en el camposanto de dicho templo: “es una estela discoide, con una cruz de Jerusalén en su centro que, entre brazo y abrazo, porta cuatro tréboles de cuatro hojas.
Muy habituales en el Norte de España”; y de uso funerario, con connotaciones primitivas que he observado en otros lugares (escasas en Extremadura, con apenas una docena).
Iglesia que, a finales de esa misma centuria e inicios del XVI, al crecer la primitiva aldea, se amplía, como podemos comprobar con la diferencia de anchura entre la citada cabecera y el resto de la nave. En cuyos muros se incrustó la piedra citada; y que, como matiza D. Antonio; “debería ser protegida, porque es el resto patrimonial más antiguo que se conserva en el casco urbano de Navalmoral, la piedra tallada de la casa de los frailes (o del Espadañal, o de Comillas).
Instalada hasta su traslado en la casona citada, cuando los frailes del Espadañal (y de San Lorenzo del Escorial) la mandan edificar en el siglo XVIII. Casona espaciosa, sobria, austera y equilibrada, muy en consonancia con el estilo “herreriano” del Escorial.
Y, como piedra del balcón central, se ubicó la reseñada losa. Edificación denominada durante más de un siglo como “Casa de los Frailes”, o del “Espadañal”. Y su administrador (que era quien la ocupaba), debido a los riesgos que conllevaba la ubicación de la pesada losa en los soportes del balcón, la trasladó a un muro lateral.
Hasta que, en marzo de 1991, los herederos de dicho noble firman un convenio con el Ayuntamiento; donando al municipio la casa, a cambio de una recalificación urbanística de su entorno (jardín o huerta), que fue edificado.
A partir de 1993 se inicia la reparación y rehabilitación de la mansión, trasladando la piedra a San Andrés: primero junto a la talla de la Dolorosa y, tras la restauración del retablo de la Virgen, al muro indicado de San Andrés.
Por cierto, sobre la portada de dicho edificio, había un escudo con la parrilla de San Lorenzo, que desapareció cuando se rehabilitó.
Analizando la misma y su primer asiento, en un principio pensé que, posiblemente, fue tallada por el constructor de dicha mansión, representando dos elementos: unas tenazas en la parte superior (cada alarife utilizaba una “marca” o “sello” para identificarse, sobre todo si era “famoso”, en este caso la herramienta citada), así como una “parrilla”, aunque parezcaescalera) en la inferior.
Esta última nos señala quién era el propietario de ese edificio: el Real Monasterio de San Lorenzo (que fue martirizado en una parrilla por los romanos) del Escorial, a quienes Felipe II donó la dehesa del Espadañal para su mantenimiento.
Pero, esa supuesta parrilla, bien podría ser una escalera. Y ambos signos son usuales en el “arma Christi” de la Pasión (elementos que se utilizaban para representar la misma), que pudieron ser tallados en esta losa partida (que volví a revisar esta mañana, cuando acudo como cada día y hora a la Estación Meteorológica), etc.
Por lo que nos surge la duda. Y, aunque había consultado con tres técnicos en la materia que me dieron la razón en esa primera opinión, recurro a un cuarto y para mí más solvente (por lo ya reseñado), el doctor en Prehistoria D. Antonio González Cordero, quien defiende esta segunda versión:
“Ese relieve formaba parte en el interior de la iglesia de un cuadro escultórico mayor acompañando una cruz de Cristo, en un retablo, probablemente desaparecido junto a otras partes del relieve. El original conserva la escalera y la tenaza, pero en otra lastra habría representados con seguridad, la corona de espina, el martillo y los clavos”. Es decir, relacionado con el episodio del Descendimiento.
Si tenemos en cuenta que, en el siglo XVI, una de las tres Cofradías existente era la de “Vera Cruz o Pasión”, protagonista de la Semana Santa, todo sigue cuadrando.
Sin embargo, todavía tengo interrogantes que nadie me ha podido explicar (aún no hemos hallado los documentos que lo aclaren, por lo que sólo suponemos…):
1º. La losa está dividida intencionadamente (el corte está liso, rectilíneo…), sin golpes bruscos ni por accidente ¿Por qué?. 2.¿Cómo un elemento religioso fue llevado a un balcón, encuadrándolo en el mismo?. 3.¿Acaso fue porque en el siglo XVIII se unen tres de las cofradías existentes en una sola?: Ánimas Benditas del Purgatorio, Pasión o Veracruz.
Para que no hubiera preeminencia. 4. Mis ex alumnos saben que también soy geógrafo: impartía esa materia en 2º de Bachillerato y tengo libro de texto para ellos publicado (con otros compañeros) y vigente aún en casi todos los Institutos de Extremadura). Y entiendo bastante de rocas; y, como, vecino del Arañuelo desde hace 41 años y dos días, sobre todo de las de Navalmoral y comarca: y ese tipo de granito, de una mica y grano fino, no existe en la zona (o, al menos, yo no lo he hallado: en Quintana de la Serena y Montehermoso sí). La traerían de fuera.
En fin, en estos caso, que cada cual extraiga sus propias conclusiones. Yo estaré al tanto…
DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ,