POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Lo de hacerse olvidar lo aprendí en la IMEC como táctica de guerra para sobrevivir, misma que apliqué en la propia mili para sobrellevarla. Asombra, no obstante, que nadie clamara ante la desaparición de los hermanos José María y Alicia, un arquitecto y su secretaria, hallados en su 7º A, de Santa Clara 4, donde llevaban muertos varios años; no denunciaron su ausencia familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, clientes, bancos, viñetas e ibis; tampoco el cartero, el buzón, el portero, el gato ni siquiera el olor a podrido. ¿Qué relaciones con el mundo y entre sí pudo tejer o destejar una pareja de hermanos para que este tristísimo olvido haya llegado tan lejos sin salir del centro de Oviedo? ¿Quisieron hacerse olvidar llevando al extremo la táctica castrense? Ni Dios se acordó de ellos, mientras sus almas vagaban por Foncalada. Pues si el olvido es la segunda muerte, esta pareja murió dos veces.
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