POR SERVANDO FERNÁNDEZ MÉNDEZ, CRONISTA DE NAVIA (ASTURIAS)

Cuando aún reverberan en las vetustas aunque remozadas paredes del viejo Fantasio los ecos de la solemne y multitudinaria reinauguración del emblemático edificio concebido hace ya setenta y seis años por el destacado arquitecto Ignacio Álvarez Castelao, autor asimismo de otros destacados proyectos edificios en el ámbito de nuestro concejo, nos parece un buen momento para hacer una somera reflexión sobre el interés y la oportunidad de esta sensible recuperación patrimonial para nuestra villa capitalina, tan necesitada hasta ahora de disponer de un local multiusos donde dar acogida a tantas y tan novedosas iniciativas culturales, desde actos protocolarios o académicos de gran singularidad, entre ellos el pregón de las fiestas o las conmemoraciones históricas destacadas, a conciertos de nuestros excepcionales grupos musicales de todo tipo, que se convierten en nuestras mejores embajadas culturales por toda la geografía regional y nacional y, asimismo, a las representaciones teatrales de grupos locales y foráneos, todos ellos de demostrada calidad, lo que va a permitir un constante flujo y reflujo por y desde nuestra villa de la mejor cultura asturiana y de las comunidades adyacentes.

He de manifestar mi particular satisfacción con todo lo que se ha hecho y, como ciudadano naviego, quiero agradecer muy sinceramente el denodado esfuerzo en que se han embarcado determinadas instituciones, públicas y privadas, para que los proyectos y las ideas, a veces ralentizados por las trabas burocráticas, se plasmaran al fin en una feliz realidad. En primer lugar, al Ilmo. Ayuntamiento de Navia que, desde el primer momento, se hizo eco de las legítimas aspiraciones ciudadanas para que Navia, capital administrativa, industrial, comercial y, por qué no, también cultural del occidente de Asturias, contase con un auditorio acorde con los tiempos, las necesidades y los merecimientos adquiridos. Agradezco, asimismo, la generosa aportación al proyecto de nuestra emblemática empresa ILAS, S.A., asentada en el vergel anleíno, muy especialmente a la demostrada sensibilidad cultural de su querido presidente y fundador, Hijo Adoptivo de nuestro concejo, Francisco Rodríguez. También a la Fundación Cepeda y Taborcías, de la que tengo el honor de ser vocal, la cual, fiel al espíritu de su creación por los herederos del poliédrico escritor naviego –defensor a ultranza del derecho a la autonomía de los últimos reductos de nuestro imperio colonial ultramarino, en artículos que firmaba con los seudónimos de Asmodeo (otras veces, Francepeda)–, se mostró muy activa y receptiva al apoyo sin fisuras a este y otros proyectos que están redundando en beneficio de todos los naviegos y, por ende, de toda la comarca noroccidental asturiana.

Personalmente, me siento especialmente feliz de que un complejo cultural de este tipo renazca sobre las cenizas del viejo y recordado cine Fantasio, al que tantas veces acudí para dar satisfacción a mis viejas querencias cinéfilas, ahora algo enmohecidas. Estoy convencido que nuestro Fantasio dará muchos momentos de satisfacción a los que traspasen el umbral de su renovado y adecuado acceso, ávidos de asistir a proyecciones de cine de calidad, así como a representaciones teatrales y conciertos musicales inolvidables para la retina y el intelecto. Y, cómo no, a actos multitudinarios y solemnes de autoafirmación de nuestro éxito como colectividad que ha escrito páginas tan brillantes en la historia local y comarcal. Para concluir, deseo fervientemente que este nuevo elemento cultural sirva para realzar nuestros valores eternos de pueblo unido, hospitalario, cosmopolita y culto. ¡Que así sea!

Fuente: https://afondo.lne.es/