POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ)
Tal día como hoy, el 24 de febrero de 1843, desembarcaba en el puerto de La Habana, nuestro vate Antonio García Gutiérrez. Llegaba a bordo de la fragata, “Tránsito”, procedente de la península –el barco zarpó desde el puerto de Santander– donde el poeta había embarcado a mediados de diciembre del año anterior.
Tras una larga travesía, le esperaban en el muelle un grupo de admiradores, jóvenes escritores del Liceo Artístico y Literario de La Habana; entusiastas de sus obras más populares, sobre todo, de “El trovador” y otras, a pesar de la censura impuesta por el capitán general de la isla a algunos a los dramas del chiclanero, como había ocurrido con otros escritores románticos peninsulares, como Bretón de los Herreros Ventura de la Vega o Zorrilla, entre otros.
La intención del chiclanero era dedicarse al periodismo, y seguir escribiendo nuevos dramas. Sin embargo, este viaje a Cuba le depararía, además, muchas sorpresas, y aventuras…
Bibliografía:
-ARAGON PANÉS, J. L. (2013): “Antonio García Gutiérrez, crónicas para una biografía”. Edición del autor. Imprime, Alograf, S. L. Chiclana de la Frontera.