POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ)
En el primer tercio del siglo XVIII se vio la necesidad de construir un puente de cantería que cruzase el río Iro para conectar La Banda con El Lugar, era vital para la economía de la villa. El tráfico de mercancías con América hacía florecer el comercio en Cádiz, y la población chiclanera también se beneficiaba de ello.
El 25 de noviembre de 1732, el Concejo y varios vecinos representantes de la nobleza de la villa de Chiclana, solicitaban licencias al XIII duque de Medina Sidonia, Domingo Pérez de Guzmán y Silva (1691-1739), para “entresacar y marcolar alcornoques inútiles” con el fin de vender la leña y ayudar en el coste de la construcción de un puente. Argumentaban que el río ya no estaba tan navegable como hacía unos años como consecuencia de una azuda que existía en medio del río a la altura de la iglesia de San Sebastián en la que sus aguas servían para hacer la molienda de un rústico molino.
La respuesta positiva del duque llegaba con la firma de Rodrigo Caballero y LLanes, abogado de los Reales Concejos y capitán a guerra. Hemos de decir que, muchos años antes, había sido corregidor de la villa de Chiclana. Dos años más tarde el puente estaba finalizado.
Bibliografía:
-ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL DE CHICLANA. Legajo nº 7. Libro Capitular de Acuerdos celebrados por el Concejo de la Villa de Chiclana de la Frontera. Oficio del 25 de noviembre de 1732