POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS)
Es ya un clásico en el orbe deportivo y atlético de Gran Canaria. Cada 1º de mayo la Media Maratón de Gando se instituye como una cita ineludible no sólo para grandes corredores, sino para cientos de deportistas aficionados, pues todo encuentran una oportunidad singular y sugerente, en la que medirse y testar su esfuerzo en este ámbito atlético, en una prueba que se ofrece para todas las posibilidades, este año en dos distancias 21 km y 7 km. Y genera tal expectación e interés que en pocos días quedaron cubiertas las numerosas plazas ofertadas. Una prueba que, además es oficial, certificada por la Federación Insular de Atletismo de Gran Canaria, e incluida en el Calendario Oficial de la Federación Insular de Atletismo de Gran Canaria, cumpliendo con la normativa vigente sobre la organización de carreras de montaña, trails y carreras populares de nuestro archipiélago, aprobada conjuntamente por las Federaciones Canaria de Atletismo. Y llama la atención que quienes participan disfruten intensamente de un trazado exigente, que no regala triunfos, que en muchos tramos te pone en el brete de batirte con el viento en contra -que también se aprovecha a favor en otros momentos-, o afrontar alguna cuesta de las que parecen decir: «aquí estoy esperándote». Pero todo se supera con enorme impulso físico y psíquico, pues indudable en la amplia mayoría parece reflejarse siempre el lema de la carrera: ‘No corro, vuelo’.
Gando es cada 1º de mayo un verdadero espectáculo deportivo, una grata fiesta del deporte, una intensa convivencia de deportistas de muy distintas categorías y edades, pero todos aunados en un mismo sentimiento atlético. Algo que motiva y permite la afectuosa y comprometida hospitalidad de su organizador, el Ejército del Aire, con un personal que, si ha estado meses muy ilusionado y dedicando altruistamente muchísimas horas a su organización, este día lo vive con total entrega, celoso de poder atender la más mínima incidencia, de atender cuanto se le pueda pedir, ofreciendo todo lo necesario, lo que tienen y mucho más.
Son los momentos previos a la carrera, donde se comparten saludos, abrazos, buenos deseos, trotes y ejercicios de calentamiento, y muchas personas hasta un cafecito bien caliente. Luego llegan las horas de la carrera y todo está perfectamente dispuesto. Personal de Aviación, empresas especializadas en control de tiempo y megafonía, voluntarios en avituallamientos, servicios sanitarios y de seguridad, se desviven para que todo salga como estaba perfectamente planeado, para que la atención y el cuidado de los corredores sea constante y en todo momento y lugar, a través del extenso recorrido por una gran y variada geografía de la Base. Luego la animada entrega de trofeos, donde la inmensa mayoría de participantes comparte la alegría y el regocijo de los trofeos que se entregan merecidamente en cada caso. Un ambiente festivo y de compañerismo deportivo que enseguida se extiende a la comida que se ofrece a los participantes que deseen quedarse, y para disfrutar luego de unas horas de relax en la playa de la hermosa y acogedora Bahía de Gando.
No es de extrañar que aquel 1º de mayo que el covid nos mantuvo encerrados en casa, la añoranza por esta prueba llevara a casi doscientos corredores a ponerse de acuerdo, a través de las redes sociales, para organizar una carrera que se celebraría en sus domicilios, en la distancia y tiempos que a cada cual le fuera posible, bajo el lema de ‘Gando en casa’; como homenaje a una carrera, a quienes la hacen posible y a quienes constantemente participaban de ella. Fue un éxito que contribuyó espontáneamente a perpetuar un mito deportivo grancanario.
Pero, además, Gando no es una mera Base Aérea de primer orden e importancia estratégica. Gando es un paraje con una historia muy interesante en muy diversos aspectos y momentos del pasado y del presente. Gando es un paisaje natural muy bien conservado, que subyuga nada mas contemplarlo. Es una historia de siglos que se refleja en su antigua fortaleza o en el Lazareto que diseñara Juan de León y Castillo. Es una historia viva de la aviación en Canarias, pues aquí nació, creció y se proyecta constantemente hacia el futuro; y la aviación en estas islas es, sobre todo, símbolo de porvenir, así como de la ineludible necesidad de seguridad y defensa que lo preserve en esta encrucijada de continentes. Y todo ello sale a relucir en muchas de las conversaciones y tertulias de los corredores que, en su trotar por esos parajes, lo perciben y son consciente del gran patrimonio del que se les hace verdaderos partícipes.
Por ello, y como ya lo he comentado, las veces que he tenido la oportunidad y la suerte de correr en esta prueba de media maratón por las amplias avenidas y carreteras de la Base de Gando, siempre he sentido como el Ejército del Aire, quienes lo integran, son también las alas con las que, en buena medida, se eleva y trasciende el espíritu y los sentimientos de progreso y de seguridad en su futuro de todos los grancanarios. Y ahora, un año más, todos deportistas, familiares amistades, volverán a sentirlo y a sentirse muy feliz entre ellos, que también somos nosotros, en esta XVII Media Maratón del Macan. Gando hace realidad, una vez más, que correr sea un sueño tan inolvidable, como lo fue volar para la humanidad a través de la historia.