EL CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA, FELIPE MOLINERO, QUE HA TENIDO UN PAPEL ESENCIAL TAMBIÉN EN LA CONSECUCIÓN DE ESTA DECLARACIÓN PARA LA TRADICIÓN DE LOS CIRIOS, HABLÓ DE LAS DISTINTAS FIGURAS QUE PARTICIPAN EN LA FIESTA COMO LOS COFRADES, PEDIDORAS, CANTARINAS O CARGADORES
El acto de entrega, ayer, del reconocimiento a la tradición de los cirios de Santa María la Real de Nieva como Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial constituye un premio a los vecinos de la localidad que han sabido conservar una celebración que podría remontarse hasta el siglo XIV.
El diputado de Cultura, José Carlos Monsalve, fue el encargado de entregar el pergamino acreditativo de ese reconocimiento al alcalde de Santa María, Jaime Pérez, en un acto celebrado en el salón de Cortes del conjunto monacal de la villa, que se encontraba completamente abarrotado. En sus intervenciones ante el auditorio, en el que se dieron cita, además de muchos santamarienses, diversas autoridades como la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz; el delegado de la Junta, Javier López Escobar; los senadores Paloma Sanz y Juan Ramón Represa; diputados provinciales y alcaldes de la zona, así como alcaldes pedáneos y alcaldes delegados de Santa María, Monsalve y Pérez coincidieron en señalar que los verdaderos merecedores de esta distinción son los vecinos de la villa que con su esfuerzo, tesón y devoción han hecho posible que hoy podamos disfrutar de esta bonita tradición.
Fue el Ayuntamiento de Santa María el que inició los trámites para la concesión de este reconocimiento, una vez que en junio de 2013 la Diputación aprobó las bases reguladoras para la declaración de Manifestaciones Tradicionales de Interés Cultural Provincial. Y fue en junio de 2014 cuando el pleno de la Diputación por unanimidad aprobó la concesión de esa declaración a la tradición de los cirios.
Junto al alcalde y el diputado, presidían la mesa la directora del Instituto, Sara Dueñas, el teniente alcalde Rogelio Muñoz y el cronista oficial de la villa, Felipe Molinero. Tras la lectura, por parte de Sara Dueñas de ese acuerdo de pleno, el diputado de Cultura recordó que fue un informe del profesor de la Universidad de Valladolid y miembro del consejo asesor del Instituto, José Luis Alonso Ponga, el que puso de manifiesto «la implicación social, la decoración de los cirios y la conservación de las coplas», que, a la postre, han resultado fundamentales para la concesión de este importante reconocimiento. Ponga estaba presente en el salón, al igual que sus compañeros del consejo asesor del Instituto, Joaquín González Herrero y Lorenzo Sancho, y el presidente de la Real Academia de Historia de San Quirce, Antonio Ruiz.
José Carlos Monsalve aseguró que con esta declaración la Diputación se compromete a contribuir a la conservación y difusión de esta tradición; mientras expresó su confianza en que se puedan firmar distintos convenios con el Ayuntamiento y con universidades para la realización de nuevos y profundos estudios sobre la fiesta.
Espaldarazo
Por su parte, el alcalde se mostró esperanzado en que este título suponga un espaldarazo para la villa, en una legislatura en la que han conseguido «encauzar la deuda municipal». A su juicio, Santa María no puede esperar en esta época de crisis un gran polígono industrial, un repunte inmobilario o del sector primario, sino que tiene que apostar por su cultura y su patrimonio, y, por consiguiente, por el turismo.
En ese sentido, recordó que la comarca cuenta con importantes iglesias, ermitas, altares, lienzos. «Tenemos cuatro BIC, un Palacio en Hoyuelos, una laguna en Laguna Rodrigo y restos romanos en Paradinas», recordó, a los que añadió el claustro de Santa María la Real de Nieva y el salón de Cortes donde se desarrolló el acto.
En cuanto a la fiesta de los cirios propiamente dicha, Pérez señaló que es complicado explicar «lo que vive un santamariense cuando vive su fiesta». «Resulta -añadió- muy difícil aguantar las lágrimas al observar a las cantadoras pidiéndole algo a la virgen».
Por último, el cronista oficial de la villa, Felipe Molinero Rodríguez, recordó que no está claro cuando se inició la tradición. Él mismo en el libro que escribió sobre los cirios habla hasta de nueve hipótesis, la primera de ellas se remonta al momento en que se descubrió la imagen de la Virgen de la Soterraña, a finales del siglo XIV; aunque la más documentada es más tardía, hacia 1467, cuando tras una donación a los dominicos para alumbrar a la imagen, el oferente apunta que lo que sobre se utilice para comprar dos cirios grandes.
Molinero, que ha tenido un papel esencial también en la consecución de esta declaración para la tradición de los cirios, habló de las distintas figuras que participan en la fiesta como los cofrades, pedidoras, cantarinas o cargadores. A su juicio, nos encontramos ante «una manifestación religiosa, que tiene también algo de folklore y es una fiesta en cuanto a la petición que hacen las cuatro calles principales, de donde salen los cirios».
El cronista realizó un relato del desarrollo de la tradición, y se refirió de forma especial a algunas de las coplas que se cantan a la Virgen, en las que no faltan, por ejemplo, las referencias a los cautivos de Argel por cuya liberación se pide la intercesión de la Virgen de la Soterraña.
Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/