POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Simón Lavado Navia, era natural de Almendralejo, llegó a Montijo contratado por la firma comercial Villalobos-Pareés Quirós, posteriormente se independizó. Tuvo comercio en la actual calle Felipe Checa, esquina a calle Ebro, (luego Shanghái, comercio de Antonio Ortega), tenía de todo: paquetería, perfumería, papelería, bisutería, ferretería. novedades, velos, corsés, medias, artículos para labores, abanicos, bolsos, cuellos, corbatas, ligas, géneros de punto, paraguas y sombrillas, artículos para regalos, plata Meneses, venta de explosivos, etc., etc. Los comercios de Montijo se encerraban en aquellos años en uno, en “El Arca de Noé”, Bien de Interés Local Comercial, museo y reliquia que un día echó, como otros, el cierre. (Fotos Visam).
Y vuela crónica: “Casilda y Palmira, las dos perritas que tenía Simón. Las ratoneras que vendía, y cuando tenía que devolver algunos céntimos del importe de la compra, los permutaba por unos papelitos con condimento amarillo. El Arca de Noé tuvo continuidad en María Antonia y Sita, sobrinas de Simón, hasta que lo cerraron.