SE VISLUMBRA EN LA FIGURA QUE EN EL AÑO 1996 MOLDEO EN BRONCE ANTONIO PEDRERO
Las tradiciones y los ritos populares o religiosos tienen su esencia y razón de ser en los pequeños detalles que acompañan al evento central y que, sin ellos estas celebraciones no serían lo mismo.
Rituales que dotan de mayor valor a las mismas en el arraigo de sus gentes como es el caso de la Semana Santa en Zamora, la celebración por excelencia de la ciudad bañada por el Duero, que le permite ser reconocida, añorada y apreciada más allá de las fronteras de la provincia, la región o, incluso, el país.
La pasión zamorana tiene en sus procesiones y las vivencias de los cofrades su razón de ser y, en este último caso, una de sus figuras más representativas y reconocidas es el Merlú.
El Merlú no sólo es el nombre que reciben las seis parejas de congregantes de la Cofradía de Jesús Nazareno Vulgo Congregación quienes, ataviados con una corneta con sordina y un tambor destemplado y luciendo sus características túnicas de laval negro, son los encargados de llamar a los hermanos para que acudan al desfile procesional en la madrugada del Viernes Santo.
Esta figura semanasantera es mucho más, es un llamamiento a través del sonido de ambos instrumentos por toda la ciudad que encoge de emoción el corazón de sus convecinos consternados por la muerte de Cristo, una Zamora que en ese dolor se emociona con sus costumbres.
Prueba de ese arraigo, esa devoción hacia una figura mítica de la Semana Santa de Zamora, se vislumbra en la figura que en el año 1996 moldeo en bronce Antonio Pedrero para que no solo los zamoranos comprendiesen esa función, sino para que su valor traspasase fronteras con la instalación de su obra en el centro de la ciudad.
Un trabajo del Merlú en Semana Santa que se ha extendido también al llamamiento para las asambleas previas de la hermandad a la pasión zamorana,un empleo pagado con la devoción cuya recompensa reside cada Viernes Santo en sobrecoger de emoción, nostalgia y pasión el corazón de cada zamorano y visitante al paso del sonido cerrado de la corneta y el tambor. Benito Fernández
Fuente: https://www.noticiascyl.com/zamora/cultura-zamora/2018/03/29/el-arte-de-congregar-a-los-hermanos/