POR FRANCISCO JUÁREZ PUCH, CRONISTA OFICIAL DE VALDESIMONTE (SEGOVIA)
Hace de esto más o menos doce años, cuando siguiendo los pasos de mi querida hija Beatriz, que desgraciadamente hace ya seis años que no está entre nosotros, vine a ubicarme una Semana Santa en esta cálida y hermosa ciudad de Águilas; volví después en el verano, y desde entonces, he seguido viniendo en El Carnaval, Semana Santa y Verano, porque aparte las bellezas de esta tierra, siempre he encontrado una más que buena acogida entre sus gentes, donde me han dispensado su amistad muchos aguileños y lorquinos en cuya matinal tertulia diaria de la Glorieta, nos reunimos para hablar de lo divino y de lo humano.
Desde mi llegada, y dada la manía que tengo de escribir, aunque sean cosas fútiles y mal expuestas, comencé a colaborar con mis escritos en el antiguo Faro de Águilas, entonces regido por Sergio Jerez y que poco después tuvo que cerrar por el escaso número de lectores que tenía; y fue entonces cuando Sergio me presentó a Juan Antonio Cánovas, a la sazón regidor y factótum del diario digital Águilas Noticias, que me ofreció sus páginas, nombrándome colaborador, y en cuyo diario vine a publicar el primer artículo un día 20 de septiembre del año de gracia de 2005, dedicado a la Virgen de los Dolores con motivo de cumplirse el 2 de octubre de aquel año el 150 aniversario de su entronización como Excelsa Patrona de esta Villa aguileña.
Han transcurrido todos estos años, y el día 29 de marzo de este año 2017, Águilas Noticias, publicaba mi artículo 999; y no sabiendo qué decir en el próximo artículo que será el número MIL de los publicados en este medio, he optado por dedicarlo, como aquel primero, a la Excelsa Patrona de la Villa, dado que estamos a las puertas de la Semana Santa y que el próximo día 7 de abril es Viernes de Dolores y, como cada año, se realizará la ofrenda de flores en la aguileña Glorieta, lugar de encuentro de vecinos y visitantes.
Y al efecto vengo a colgar aquí los versos que entonces le dediqué como homenaje a su patronazgo.
MOCITAS ECHADLE FLORES
Mocitas, echadle flores
para que adornen su talle
que va a pasar por la calle
La Virgen de los Dolores.
Mirad sus ojos velados
por el dolor de la muerte
de su hijo bien amado,
clavado en la cruz, inerte.
Ved las manos extendidas
que están pidiendo consuelo
y su mirada perdida
en los azules del cielo.
Y ese pecho acongojado
que late dentro del cuerpo
y el corazón desgarrado
contemplando al hijo muerto.
Y esa lágrima prendida
del filo de sus pestañas,
y esa cara dolorida
que le muerde las entrañas
¡Virgencita!, no me llores
cuando pases por mi calle,
que yo voy a echarte flores
para que adornen tu talle;
Que yo iré con mi pañuelo
para enjugarte tu llanto
y arroparte con tu manto
para llevarte consuelo;
Y te daré mis amores,
y con pétalos de rosas
alfombraré primorosas
las calles, pero no llores.
Echadle flores, mocitas,
mocitas echadle flores,
alegradle su carita,
arrancadle sus dolores.
Mocitas echadle flores
para que adornen su talle,
que va a pasar por la calle
La Virgen de los Dolores.