EL CRONISTA OFICIAL DE TERUEL, VIDAL MUÑOZ, CUENTA QUE EL PUENTE TUVO ALGUNA PARALIZACIÓN DE OBRAS A RAÍZ DEL PROBLEMA CON RENFE
La reparación del puente de la Equivocación, uno de los principales accesos a la capital turolense y la vía de conexión más utilizada entre el casco histórico y los barrios del Pinar y Jorgito, salea concurso por tercera vez en un plazo de dos años tras haber frado las dos licitaciones anteriores. Las obras fueron adjudicadas por primera vez en 20acas17, pero la empresa renunció al contrato y hubo que abrir un nuevo proceso que quedó desierto.
Según aprobó este miércoles el Ayuntamiento de Teruel en una Junta de Gobierno, los trabajos salen de nuevo a concurso por 300.000 euros con un plazo de ejecución de tres meses. Durante este tiempo se mejorará el pavimento, las aceras, las barandillas y el alumbrado, elementos todos ellos que están muy deteriorados. Aunque estructuralmente no corre peligro, el puente ofrece un aspecto vetusto y presenta daños puntuales en arcos, vigas y pilares.
Las obras del hospital de Teruel empezarán en marzo de 2019 y durarán casi cuatro años.
Además, un muro de contención del estribo del lado del barrio de Jorgito está muy estropeado y, en el extremo opuesto, hay una grieta preocupante, según advierten los estudios técnicos realizados sobre el puente de la Equivocación por encargo del Ayuntamiento. La principal causa de los daños son las filtraciones de agua de lluvia debido a un deficiente desagüe y a problemas de aislamiento de los materiales con que fue construido.
Permiso de Fomento
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Para poder llevar a cabo la intervención en el puente ha sido necesaria la autorización del Ministerio de Fomento y ello debido a que por debajo discurre la línea de ferrocarril entre Zaragoza, Teruel y Sagunto. El desarrollo de las obras obligará a cortar el tráfico durante el plazo de ejecución, en torno a tres meses. No obstante, el Ayuntamiento de Teruel plantea la posibilidad de dejar abierto un pasillo peatonal para que los vecinos puedan acceder del Centro Histórico a los barrios situados al otro lado del río Turia –el Pinar y Jorgito– y a la inversa.
La alcaldesa lamentó que las vicisitudes que están afectando a la reforma del puente de la Equivocación parecen querer hacer honor a este nombre popular con el que los turolenses bautizaron a mediados del siglo XX esta infraestructura. «Es como si esta obra estuviera gafada», afirmó Emma Buj.
Casi una década de obras
Oficialmente, esta infraestructura iba a llamarse ‘Puente Nuevo’, pero los problemas surgidos a partir del inicio de su construcción en 1945 hicieron que la población le cambiase el nombre por el de ‘Puente de la Equivocación’. Según relata el cronista oficial de Teruel, Vidal Muñoz, una vez que las obras estaban en marcha, Renfe pidió que bajo su arco principal pudieran circular tres vías electrificadas, lo que obligó a rectificar el proyecto para atender la demanda de la compañía ferroviaria, si bien en la actualidad el tren de Teruel sigue siendo de vía única sin electrificar.
Vidal explica que los trabajos de construcción se paralizaron a raíz del problema con Renfe y se reanudaron en 1950, inaugurándose la obra, por fin, en 1954. «Este puente, cuya estética quería recordar a la del Viaducto Viejo, se empezó dos veces», subraya Vidal. El cronista oficial de Teruel añade quetampoco fue muy acertado el arranque del puente en su unión con la rotonda de la calle San Francisco, pues tiene una pronunciada pendiente «y debió hacerse con mayor horizontalidad». M. Ángeles Moreno.