POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)

Desde hace algunos días se está llevando a cabo una restauración en la ermita de San Roque de Fuentepiñel con cargo al presupuesto del Ayuntamiento, propietario de dicha construcción. De una sola nave, tiene planta rectangular de 12’50 metros de largo por 7’10 de ancho, y paredes de 4 de alto. Por lo inestable del terreno donde se halla enclavada, ha sufrido a lo largo de su historia múltiples restauraciones que han modificado la que debió de ser su estructura original. Por ello no podemos saber con certeza el año de su erección, si bien sería construida a raíz de alguna de las epidemias de peste que se sucedieron a lo largo de los siglos XIV y XV con el fin de acogerse a la protección de este santo, que estaba considerado el patrón contra una lacra que diezmaba cada vez nuestros pueblos. Sí sabemos que ya se la hacían donaciones testamentarias en 1632. Aunque contaba con bienes y caudal propios, eran administrados por la parroquia. No obstante, tenía su propio libro de cuentas y un mayordomo que la asistía y llevaba dichas cuentas.

Su economía no debía de ser muy boyante pues no eran pocas las deudas que tenían contraídas con ella los mayordomos que se iban sucediendo. Por los libros de cuentas de fábrica de la parroquia nos consta que en 1755 «está bien reparada», al igual que en 1757, si bien «tiene necesidad de lucirse». En 1796 se gastan 184 reales en retejarla, pero en 1829 se halla de nuevo «bastante estropeada», siendo retejada, blanqueada y cambiadas las puertas en 1831. En 1842 se hace cargo de sus cuentas el Gobierno Eclesiástico, pasando el caudal existente a engrosar el de la fábrica de la iglesia, del que formará parte en el futuro. A finales del siglo XIX de nuevo se encuentra en muy mal estado «siendo reedificada en su mayor parte a devoción del pueblo en el año 1892», y renovado su altar. Fue bendecida el 13 de agosto de 1893. En 1924 de nuevo se ha de abrir una suscripción popular por no haber fondos suficientes en el Ayuntamiento para repararla. Pero el Consistorio sí se hace cargo de su restauración en los primeros meses de 1984 ya que, según consta, es propiedad del municipio y amenazaba ruina al fallar una de las esquinas.

Se da la circunstancia de que durante las obras que se están efectuando actualmente, al levantar el solado han aparecido diversos enterramientos de los que no existe ninguna referencia documental y que, a la espera del pertinente análisis, bien pudieran pertenecer a los que patrocinaron su construcción o a algún benefactor de alguna de sus restauraciones.

Fuente: http://www.eladelantado.com/