LAS ÁGUEDAS DEL SALVADOR DAN ‘VACACIONES’ AL ALCALDE POR UN DÍA Y ‘TOMAN’ EL MANDO MUNICIPAL DURANTE SU FIESTA, DONDE NOMBRAN ÁGUEDA DE HONOR A CHARO GONZÁLEZ, MUJER DEL CRONISTA OFICIAL CONRADO BLANCO
Santa Águeda estuvo atareada ayer. Las mujeres de la Cofradía Penitencial del Salvador celebraron a su popular patrona como manda la tradición. Tras bailar y repartir pastas en la plaza Mayor, las águedas tomaron el Salón de Plenos para pedir al alcalde, José Miguel Palazuelo, «el bastón para regir la Casona». En esta ocasión, la cofradía nombró Águeda de Honor a título póstumo a Charo González, mujer del cronista Conrado Blanco que falleció recientemente.
El choque de las castañuelas anunció la llegada de Palazuelo al salón, donde una multitud de águedas aguardaba el poder. La presidenta de la Asociación de Enfermos de Alzhéimer de La Bañeza, Maite González, que fue Águeda de Honor el año pasado, abrió el turno de intervenciones para reconocer que «ha sido un honor» portar el nombramiento y desear a la cuñada de Charo González, Luisa Arias, que vestida con el traje típico fue la encargada de recibir el título en nombre de la mujer de Conrado, que «disfrute de este día como lo hubiera hecho Charo».
Luisa Arias, a quien las cofrades impusieron la banda de Águeda de Honor, reconoció que la noticia fue un motivo de alegría, también para Conrado Blanco que «hoy está aquí presente», explicó e incidió en que Charo lo hubiera disfrutado enormemente. En sus versos Arias pidió a Santa Águeda la erradicación del cáncer de mama que «padecen tantas mujeres» y pidió el cese de cualquier tipo de machismo. Además, en clave de humor aseguró que no estaría de más que las mujeres tomaran el mando todo el año, que «seguro que el mundo marcharía mejor».
Antes de recibir el bastón, la Águeda Mayor, Rosa González recordó que «la cofradía celebra este día con alegría e ilusión» y pidió la igualdad para hombres y mujeres «a pesar de que algunos hoy quieren cortar las alas de nuestros derechos fundamentales», afirmó. González además alentó a sus compañeras para seguir adelante y recalcó que «no queremos la poltrona, sólo mandar un día». Por su parte, Palazuelo también entonó sus versos. «Me pedís buenas mujeres este bastón y no seré yo quien quite esta tradición», pronunció el alcalde, quien pidió a las cofrades que se acordaran de él, que pasada su fiesta vuelve a ser regidor.
Con el alcalde de ‘vacaciones’ y las águedas con el poder, la hermandad siguió su fiesta. Bañezaina animó la procesión y puso ritmo a los bailes. Tras la comida, las águedas volvieron a la plaza Mayor para repartir pastas y mantener su historia.
Fuente: http://www.diariodeleon.es/ – a.g.