EL BOHEMIO SEBASTIÁN GESSA ARIAS
Ago 10 2023

POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ)

Las coincidencias no son vanas ni tampoco excepciones. A principios de julio descubrí en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica un interesante artículo sobre el pintor chiclanero Sebastián Gessa Arias (1840-1920) escrito por uno de sus amigos pintores, José Robles (1843-1911), y dos días más tarde se inauguraba en nuestro Museo de la ciudad una exposición temporal titulada “Gessa suma y sigue”. Un buen pretexto para recordar la figura de un hijo de Chiclana que destacó como pintor a partir de 1870 hasta finales del siglo XIX.

Escribe Robles: “Gessa Arias es una de las siluetas más interesantes en el arte (…) es al par bohemio por su carácter original y original manera de vivir. Todo el mundo conoce a este artista y las plumas mejor cortadas se han esgrimido mil veces en alabanza suya; no hay palenque en el arte oficial o extraoficial, donde no obtenga las mejores recompensas que pueden concederse á los géneros que cultiva. Así pues, esta silueta no tiene por objeto darle una fama de la que no ha menester, solo a darle a conocer en [una luz más íntima] (…)

Conocí a Gessa en París en el año 68. Hacía tres años que estudiaba; empezó primero la figura, pero a poco tiempo se dedicó por completo al género en que tantos lauros ha alcanzado. Cuando empezaba á ser conocido y “cotizado” en el mercado de París, sobrevino la guerra franco-prusiana (…)”.

Entonces Gessa volvió a España y a Chiclana, asentándose en Cádiz, donde triunfó, pero Cádiz era insuficiente para él y decidió ir a Madrid.

Continúa Robles: “Distinguen a este artista varias particularidades y no es la menos singular la de que tiene sus admiradores más fervientes entre los mismos pintores, y son los más entusiastas, los de más talla en el arte: y es lógico que así suceda (…) Otra de las singularidades es el culto idólatra que tiene por su arte (…) pueden acompañarme si gustan a visitar su estudio; subamos los cinco y pico escalones del número 5 de la calle Peninsular; él mismo nos sale a abrir; de fijo os habéis forjado con las anteriores líneas un tipo de artista ideal; melenudo, flaco; nada de eso, Gessa tiene más bien un tipo de un oficial de marina, lleva el pelo muy corto y siempre muy bien peinado, las facciones regulares, escaso bigote y aún más escasa barba, ni alto ni bajo, ligeramente cargado de espaldas, y por contrapeso un principio de abdomen; ya le conocéis.

Ahora pasemos al estudio; es este espacioso, mezcla de museo de antigüedades, de historia natural, y jardín de [aclimatación]. Debajo de la última ventana de las tres en que se divide el ventanón, encontraréis invariablemente trabajando a Gessa; a media vara [40,8 cm] de distancia, sobre una mesa, (y no de pintado pino) varios revueltos los langostinos con las flores, las ostras con las uvas ya secas; son los modelos: los marchitos han servido, los lozanos actúan. Sobre un gran caballete “a doublé cremaillere” hay un pequeño cuadro. Ni Gessa, ni el caballete, ni la mesa varían jamás de sitio. Toma, desde que empezó a pintar, la luz de la izquierda; si alguna vez os ofrecen un Gessa, alumbrado por la derecha, nos es auténtico.

Hermosa sobre toda ponderación es toda la obra de Gessa, pero lo es mucho más cuando se le ve trabajar, cuando se compara la naturaleza radiante de luz y color (…) ante la magia de su paleta. Generalmente es conocido por “el pintor de las flores”; es verdad que las pinta, de una manera admirable, pero por hábil que sea, no puede darlas la fragancia y el perfume; si queréis tener la ilusión completa, pedidle pescados, mariscos, frutas o caza.

Es sumamente sencillo en sus gustos y en su vida; teniendo por su fama abiertos todos los salones de Madrid, jamás en ellos le encontrareis; no va a los círculos, poco al teatro, vive solo como un hongo en aquel estudio inmenso (…) ¡Desde hace dos años una golondrina suele posarse en su estudio algunos días al calor de su estufa!; él la llama su “mascotte”; y efectivamente, se ha observado que le trae suerte, lo que es seguro que le lleva la alegría. El estudio, antes silencioso, resuena con alegres carcajadas, corre el Jerez, del cual tiene siempre un acopio, siquiera por recordar la tierra; los modelos vivos, se unen á las modestas flores: el estudio antes limpio como un santuario, está “manga por hombro” y, sin embargo, y quizás por esto mismo, nunca está Gessa más contento. Ha llegado la golondrina.

Estas líneas hoy sin ningún valor, tendrán alguno e inmenso, como sus obras, el día que por desgracia Gessa desaparezca de este purgatorio que se llama vida”.

Curiosamente Robles falleció 9 años antes que Gessa, pero acertó con su predicción: su artículo es hoy un testimonio de inmenso valor.

Publicado hoy en El Periódico de Chiclana, pp. 20-21.

Bibliografía:

-BIBLIOTECA VIRTUAL PRENSA HISTÓRICA: “El Carbayón”: diario asturiano de la mañana. Año VIII Número 1715. 10 de octubre de 1886.

https://asociacioneltrichorio.blogspot.com/…/jose…

-FOTO: “Estudio de flores”, hacia 1890. De la Exposición “Gessa Suma y sigue”. Sala de exposiciones temporales, planta baja del Museo de la ciudad, del 4 de julio al 3 de septiembre.

FUENTE: https://www.facebook.com/joseluis.aragonpanes

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