LA CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, MARÍA JOSEFA SANZ, ESCRIBE SOBRE LA INDUSTRIA METALÚRGICA A COMIENZOS DEL SIGLO XVII
Hasta 74 colaboradores ceden su pluma, de una forma u otra, al nuevo número de la revista «El Bollo», que ayer se presentó en sociedad. Con el azul de la ría en su portada, obra del artista avilesino Truyés, el ejemplar de este anuario, que llega a su número 120º, obtiene varios récords, según destacó su editor y director, Benjamín Lebrato. Y así subrayó tanto el gran número de colaboradores como el notable incremento de páginas respecto a ediciones anteriores. «El Bollo» suma 324 páginas, lo que supone 40 más que el año anterior, aunque Lebrato reconoció que ya es hora de tocar techo. Para ayudar al lector a encontrar los temas de su interés, el índice va dividido en distintos epígrafes: actividades de la Cofradía de El Bollo, estampas avilesinas, creación artística, historia de Avilés, creación literaria e imágenes de la fiesta.
Lebrato destacó de forma especial los artículos relativos a Casa Herminio, que lleva un siglo anunciándose en El Bollo (aunque la tienda abrió en 1917 ya puso anuncio el año anterior), los cien años que se cumplen de la muerte del doctor Claudio Luanco, fundador de la fiesta de El Bollo, y el propio cumpleaños de José Ramón Ovies Ruiz, colaborador de la revista desde 1962, que cumple 100 años.
Un total de 43 puntos de distribución en Avilés, dos en Oviedo y otros dos en Gijón permitirán a los interesados hacerse con un ejemplar de este anuario, cuyo director agradeció muy especialmente la colaboración de los anunciantes. «Sin ellos no podríamos hacer la revista», indicó Lebrato. También hizo referencia a algunos de los colaboradores, como el exconcejal de Cultura Román Antonio Álvarez, que publica en «El Bollo» una investigación sobre el exalcalde de Avilés Carlos Lobo de las Alas, y la cronista oficial de la ciudad, María Josefa Sanz, que escribe sobre la industria metalúrgica a comienzos del siglo XVII. Y la archivera municipal del Ayuntamiento, Covadonga Cienfuegos, recoge la existencia de una bula papal en el archivo avilesino. Por no contar la llegada de un grupo de cruzados a la villa en el siglo XII, que firma Miguel Calleja.
Fuente: http://www.lne.es/ – E. Campo