POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Este trabajo ha sido publicado en las Actas del X Congreso de Cronistas de la Provincia de Jaén en el año 2014. Al ser un trabajo que considero puede ser interesante, como un apéndice del libro “Las calles de Villanueva…”, decido escribirlo, ofreciéndolo en la Rervista en La Moraleja, en una serie de capítulos.
Leí con la atención que merece la publicación “Las calles de Linares”, del inolvidable cronista de la ciudad de las minas, Juan Sánchez Caballero. De aquella lectura surgió la idea del libro “Villanueva del Arzobispo, sus calles y sus gentes”, que tras un laborioso proceso vio la luz en el año 2000.
Una ciudad debe ser un organismo vivo, que nace y se desarrolla al compás de las circunstancias que concurran. En el periodo transcurrido desde principios de siglo la coyuntura económica ha sido favorable, lo que ha permitido que el perímetro urbano de Villanueva haya crecido y su desarrollo haya motivado la aparición de nuevas calles con sus correspondientes nombres.
Este cronista en sus informaciones remitidas a las distintas Corporaciones, ha solicitado perpetuar el nombre de villanovenses, que por su personalidad y contribución, en cualquier aspecto, al desarrollo de nuestra localidad, no habían recibido este honor. Igualmente algunos artistas, que con sus obras han acrecentado nuestra fe y enriquecido nuestro patrimonio, por lo que sus nombres también fueron propuestos para nuevas calles. La Corporación Municipal ha seleccionado, como homenaje, a diversas empresas, ciudades vecinas o poetas para darles su nombre a algunas de las nuevas vías.
Si en el libro publicado había un diálogo con las primitivas y antiguas calles de la ciudad, éste continuará con las nuevas calles, y aunque sea menos extenso recogerá la breve historia de las personas o instituciones que les dan nombre. Tengo la impresión de percibir la familiar charla de mi pueblo:
“Te pasa como al Quijote, que tras su primer regreso al hogar, al poco tiempo intentas una nueva salida, para recorrer las calles de tu ciudad, conversar con ellas y escribir sus andaduras. Ya sabes el refrán de “Segundas partes nunca fueron buenas”, pero además de tozudo, te gusta dejar sobre el papel la historia cotidiana y la charla con aquellas personas que siempre te dejan un poso de sabiduría.
Han pasado más de diez años desde que finalizaste tu primera salida. Ahora dispones de más tiempo libre, no tienes que buscar los sábados, domingos o periodos vacacionales para intensificar tus paseos y charlas. Aunque han surgido nuevas ocupaciones que te tienen “atado”, sé que no te quejas nunca y estás dispuesto a ayudar en la vida cultural de la localidad. Así que parte rápido, que este camino es más breve”.
Calle Hijas de Cristo Rey
Aún resuenan en este recinto las palabras de la Madre Maravillas, con ocasión de la colocación de la placa con el nombre de la calle en este lugar; la intervención del Alcalde, Pedro Medina, indicando los motivos que tiene la localidad para agradecer la labor de las Hijas de Cristo Rey. Aún se ve emocionada la autora de la bella y artística placa, Josefina Fernández –Arroyo Sánchez, antigua alumna que brindó su arte para elaborar esta joya de nuestro callejero. Era el día 11 de noviembre de 2010, cuando un grupo de religiosas, autoridades, profesorado, padres y alumnos vivieron unos momentos de gozo al contemplar emocionados , el texto de Hijas de Cristo Rey, en la placa indicadora que da nombre a esta calle.
Sabes que este año se conmemora el I Centenario de la llegada de las Hijas de Cristo Rey a nuestra localidad. Cien años de entrega, de sacrificio, de amor, de enseñanza, de fe, de esperanza y de ayuda al necesitado y que dan para escribir páginas y páginas del libro de la vida.
Me alegra que la madre de varias calles, Dr. Blanco Rodríguez, sea una de las principales arterias de Villanueva.
Soy un esbozo de calle, solamente tengo dos edificios a ambos lados, cada uno de ellos unido a la vida de Cristo Rey, bien por lazos de trabajo o de afecto, al frente un almacén de pinturas.
Sabrás que a pesar de mi corta extensión, de mis escasos vecinos miro al frente. Las antiguas casas de los maestros, también tesoro de entrega, de vocación de amistad, de ilusión para varias generaciones de alumnos. Contemplo el Colegio “Nuestra Señora de la Fuensanta”, que también llenó toda tu vida profesional. Así que el silencio de los niños que no juegan sobre mí, se sustituye por el caminar diario de cientos de ellos hacia el colegio, las charlas de las madres o de los mismos alumnos contándose los programas de televisión que vieron en la tarde anterior, o el desarrollo de las clases o trabajos que deben hacer.
Resumir en unas líneas cien años de vida de la Congregación en Villanueva cien años de trabajo, servicio y entrega resulta imposible, pero intentaremos acercarnos a los hechos y “personas destacadas” en este periodo. Debemos reconocer también aquellas personas, bien religiosas, Hijas de Cristo Rey, maestros, personal laboral, alumnos, vecinos, autoridades eclesiásticas y educativas, corporaciones municipales, que desde el silencio y la sencillez han colaborado y colaboran en que la institución alcance los mayores logros humanos y educativos.
Debemos citar, en representación de todas, las tres primeras personas que lograron iniciar la enseñanza entregada a los más humildes, en una de las épocas conflictivas de nuestra localidad, con dificultades para adquirir los alimentos necesarios y por cierto ateísmo que afectaba a Villanueva, con la formación de distintas asociaciones contrarias al culto católico.
El Padre José Gras y Granoller, fundador en 1876 en Granada del Instituto de las Hijas de Cristo Rey; D. Ramón Millán Bueno, mecenas de nuestra localidad, que ya había solicitado, anteriormente a las Hermanitas de Ancianos Desamparados que vinieran a nuestra localidad para atender a los ancianos más desfavorecidos. Don Ramón pidió a las Hijas de Cristo Rey, que fundaran en nuestra localidad un colegio para atender a las niñas huérfanas. La Madre Inés de Jesús, entregada a la labor fundacional, que fue la primera Superiora de la casa de Villanueva y con numerosas dificultades puso en marcha la atención y educación a niñas desfavorecidas.
De estos cien años pasados sé que en cada hogar de la localidad existe alguna persona vinculada, en algún aspecto con el Colegio y Escuela Hogar de Cristo Rey.
Sé que me recorrerás con frecuencia y siempre recordarás el día en que colocaron la placa y las bellas palabras que se pronunciaron y que resonará entre las paredes de las casas que me cobijan.