EL CAMINO DE SANTIAGO EN TIEMPOS DIFÍCILES. LA INICIATIVA AVILESINA DE LA POLICÍA DE APOYO AL PEREGRINO EN LA ANTESALA DEL INICIO DEL AÑO COMPOSTELANO EN PANDEMIA.
Dic 30 2020

POR MARÍA JOSEFA SANZ FUENTES: CRONISTA OFICIAL DE AVILÉS (ASTURIAS)

Pepa Sanz, a la izquierda, es una experta en El Camino de Santiago.

La verdad es que se me hace muy raro escribir estas líneas con un tono que no tiene nada que ver con el que me expresaría ahora hace un año, y eso que para los caminantes a Santiago se acerca una de las fechas más señaladas, como es la apertura de la Puerta Santa y con ello el Año Santo compostelano 2021. Llevamos muchos años soñando con esta fecha, porque desde el anterior, celebrado en 2009, han pasado 11 largos años.

Es uno de los periodos de más larga espera, en lugar del intervalo de cinco o seis años más frecuentes, y por ello suelen ser los más deseados, los más buscados y los que más gente llevan camino de Compostela. Por ello hace ya tiempo, y sobre todo desde el año 2019, se empezaron a mover las aguas del mar jacobeo. Todo el mundo nos afanábamos en intentar prever cuáles iban a ser las necesidades de acogida, con qué tipo de actos podríamos apoyar el paso de los peregrinos, cómo podríamos difundir el significado del camino de peregrinación en estos nuevos tiempos en que, muchas veces, por desgracia, el peregrino se convierte en una persona fuertemente asida a un teléfono móvil en el que tiene una aplicación que le guía a través de sendas que ni siquiera ve, por ir tan pendiente de la flechita tecnológica; y luego va y se pierde.

No estoy en absoluto en contra de las nuevas tecnologías, pero sí de que nos esclavicen. Una buena preparación de la ruta a seguir antes de salir de nuestras casas y un plan diario nos permitirá no tener que andar continuamente pendiente de una pantallita. Y llegó 2020, la víspera de la gran fiesta y comenzaron a tomar cuerpo alguna de las ideas que pretendían hacer la ruta más llevadera. Y aquí, en Avilés, se plasmó una de las más interesantes y de más ayuda para el caminante, porque, aunque parezca raro, un peregrino sufre más despistes en los accesos a las ciudades que en pleno camino.

Me estoy refiriendo a la creación de una patrulla de la Policía Municipal que se situaría a la entrada de Avilés a la hora en la que suele haber una llegada más numerosa de peregrinos y a la salida hacia San Cristóbal en las primeras horas de la mañana. Se preparó con todo el cariño y cuidado del mundo, pero … a los pocos días nos cayó encima el cerrojazo que fue necesario por culpa del coronavirus. Fue un cerrojazo que resonó en todos los ambientes jacobeos. Se dejaron de hacer los caminos que por etapas estaban realizando grupos de peregrinos, se cerraron los albergues, vamos, se apagó la luz y nos quedamos a oscuras. La esperanza residía en que este parón fuera corto; pero ahora, con la perspectiva de lo que hemos vivido, nos hemos dado cuenta de que de corto, nada.

Algo pudimos revivir este verano. Empezaron a pasar por nuestro albergue algunos peregrinos en goteo, o un arriscado grupo, reducido pero grupo, de peregrinos valencianos. Volvía la alegría a nuestros ojos y las ganas de volver a caminar. Pronto empezaron a llegar los comentarios de que en el camino también habían saltado contagios, porque algunas personas, aun teniendo síntomas, no fueron capaces de negarse el deseo de caminar y se llevaron el virus “de paseo”. Ahora, como dije al principio, estamos a punto de llegar a ese Año Santo, tan potente como el de 1993, pero con un ambiente muy distinto. De nuevo han vuelto las prisas, pero parece que sólo para que se reconozca una población como origen del camino y otra como la más importante en determinada ruta, sin darse cuenta que cualquier camino es como un collar o como un rosario, que engarza diferentes cuentas, pero que como una se rompa, aunque sea la más pequeña, de nada sirve que haya en él otra más grande y más lucida: el camino se ha roto.

Sabemos que por lo menos hasta los meses de verano tendremos que estarnos quietos si no queremos hacer del camino una trampa, si es que las comunidades autónomas abren sus territorios. Sabemos que la catedral compostelana está trabajando para llevar el jubileo hasta el año 2022. Sabemos que no va a ser igual a otro. Tal vez haría falta leer alguno de los diarios de peregrinos que intentaron llegar a Compostela durante las grandes pestes de los siglos XVII y XVIII para enterarnos de que no somos nosotros los primeros que nos enfrentamos a esta realidad. Ahora bien, seamos sensatos.

El camino está ahí, no se va a mover. Podremos volver a él con todas las garantías y flaco favor le haríamos si lo convirtiéramos en una vía covid. Sé, por experiencia, que la virtud de la paciencia es escasa y resulta agotadora, pero vuelvo a insistir, el camino sigue y seguirá ahí, esperándonos. Y el Jubileo, de una u otra manera, se celebrará. Así que aprovechemos estos días de no poder hacer el camino a conocerlo un poco mejor. Cada uno, según sus gustos, puede localizar libros, páginas web, viejas películas

¿Os acordáis los más veteranos la de “El pórtico de la Gloria” con el actor mejicano José Mojica y el Orfeón Infantil Mejicano? Pero las hay más recientes y muy interesantes. No digamos series, alguna asturiana muy buena, como “El crucigrama de Jacob”, obra de una avilesina; documentales, blogs de fotografías, diarios de peregrinos, vamos, multitud de cosas que nos pueden llevar a él. Así que, a no desanimarse, a seguir haciendo las cosas bien y a esperar que la vacuna nos vuelva a llevar a ese paisaje y pasaje maravilloso que es cualquiera de los caminos que desde las más insólitas partes del mundo conducen a Compostela.

Fuente: Opinión. Miércoles, 30 de diciembre de 2020 Páginas especiales LA NUEVA ESPAÑA | 5

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