POR GOVERT WESTERVELD, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA).
El campeón del mundo Isidore Weiss, el “Napoleón del juego de las damas”, tenía una posición excepcional entre los grandes maestros de damas universales. Incluso hoy en día, a pesar de que sus juegos están desactualizados y el plan de juego en muchos de ellos ha sido completamente refutado por nuevas teorías, cuando se recrean sus jugadas uno siempre se sorprende por el encanto de un talento natural; la amplia configuración estratégica; el buen ojo para hallar la debilidad de la posición contraria; y, sobre todo, por el lindo sentimiento de hallar movimientos idóneos, que permitió a este maestro francés orientarse en situaciones desconocidas.
Weis disfrutaba hacer movimientos sorprendentes, también en sus juegos, y a menudo hacía movimientos que muchos otros desaprobaron fuertemente. Dichos movimientos se pueden encontrar en todas sus formaciones, especialmente en sus finales. El arriesgado juego de combinación le dio a Weiss la oportunidad de realizar brillantes proezas de ingenio. ¿Dónde está el jugador que hoy en día todavía se atreve a jugar aperturas de Weiss, desde que el monstruo de la teoría se apoderó del juego? Si se comparan los juegos de Weiss de hace más de 100 años con el juego de posición actual, se ve lo que se ganó, pero también lo que se perdió. El romanticismo predomina en el primer tipo de juego, mientras que el segundo es producto del estudio, a menudo seco y comprensible solo para el iniciado. ¡Qué valor promocional tan maravilloso han conservado esos viejos partidos!
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