La Naturaleza es, otra vez, el lugar seguro donde podemos vivir. Hicimos ciudades enormes, divertidas, industriosas, alegres y masificadas. Y eso ahora entraña un peligro mortal, porque nos podemos contagiar de otros seres que se nos acercan. El peligro es mutuo, real, porque la amenaza solo existe entre los humanos. ¿Nunca habíais oído que estas situaciones podían darse? Es de novela de terror. Alguien con la mente desbocada creó situaciones novelescas con estos parámetros. Y hoy son reales.

Así es que ya sabéis donde está la salvación: en el campo. Sobre la hierba, junto a los ríos. Este es el momento de echar a andar, de subir al Cerro de San Cristóbal, de pasear por Valdenazar, de caminar por el hayedo de Cantalojas, de bajar al Bornova por Hiendelaencina. Y eso… cuando podamos salir de nuestro pueblo, en el que también estamos encerrados. ¡¡¡Qué mal sueño!!!