EL CAPITÁN GREGORIO PÉREZ CABALLERO, PERSONAJE INÉDITO DE LA HISTORIA DE INGENIO. PARTICIPÓ ACTIVAMENTE EN EL MOTÍN DE AGÜIMES EN 1718 -1719
Abr 21 2022

POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (GRAN CANARIA-LAS PALMAS)

Edificio en cuyo interior se encuentra el primitivo molino hidráulico mandado construir por Salvador Pérez Caballero en 1746 (1)

Su hijo Salvador Pérez Caballero mandó construir en 1746 el molino de La Rueda, conocido en el pasado por molino de los Pérez

Personajes de la milicia nacidos en Ingenio y Carrizal en la etapa que ambas localidades formaron parte del Señorío Episcopal de Agüimes durante el Antiguo Régimen, han tenido reconocimiento en los anales de la historia del municipio de Ingenio, tanto por su participación y trascendencia en la vida local, como por ser miembros de las Milicias Canarias, adscritos al Regimiento Provincial de Telde. Se debe considerar que estos oficiales de milicias eran vecinos con cierta categoría social, en general propietarios que participaban en la vida castrense de forma ocasional cuando eran requeridos. Son los casos del teniente Cristóbal Espino (1782-1851); capitanes: José Espino Estupiñán (1738-1818), conocido por Capitán Espino; Juan Xuárez Alvarado (Capitán Juárez), nacido en 1759; José Ramírez Xuárez (1761-1838), primer alcalde real de Ingenio; capitán Sebastián Sánchez Maldonado y teniente coronel Tomás Sánchez Maldonado (1754-1848). Caso aparte merece el mariscal de campo Francisco Tomás Morales Afonso (1781-1844) que desarrolló toda su carrera militar en América hasta que fue nombrado teniente general de Canarias. A todos ellos unimos la figura del capitán Gregorio Pérez Caballero, protagonista del presente trabajo.

Antecedentes familiares

Gracias a los estudios genealógicos realizados por Juan Ramón García y Faneque Hernández, recogidos de fuentes primarias en los libros sacramentales del Archivo Parroquial de San Sebastián de Agüimes, sabemos que era hijo de Juan Pérez Caballero y Catalina de Castro (casados en 1641). Nació en 1662 en el “barrio del Ingenio”, jurisdicción de la Villa de Agüimes, de donde eran naturales y residían sus padres. Fueron sus abuelos paternos: Francisco Pérez Caballero e Isabel de Ortega (casados en 1621) y maternos: Marcos de Ávila y María Ortiz. Contrajo matrimonio con Jerónima Pérez (1663-1736), hija de Salvador Pérez y María Jiménez, también naturales y vecinos “del Ingenio”, el 15 de octubre de 1685. La ceremonia tuvo lugar en el mismo Ingenio, oficiada por el ministro Juan González Talavera con licencia del cura párroco de San Sebastián de Agüimes, Juan de Milán Camacho, actuando de testigos el influyente y rico potentado local Manuel Xuares Gómez al igual que Blas de Alemán y el clérigo de menores órdenes Cristóbal Xuares Gómez “y otras personas del dicho Ingenio”. Los detalles de su asiento matrimonial, la ceremonia fuera del templo parroquial, para la que se necesitaba una licencia especial, oficiada por un clérigo allegado a la familia, así como la posición social y económica de los testigos, demuestra que sus padres disfrutaban de una posición acomodada en la oligarquía ingeniense de la época. Fruto de su matrimonio nacieron: Juan (6-10-1686), Salvador (1687), Francisco (6-11-1689), Catalina (1-6-1692), Bartolomé (13-2-1695), Mencía (1697), María (1699) y Ana Pérez Caballero (1703). Su esposa Jerónima Pérez, falleció el 15 de febrero de 1736; desde su casa y “lugar del Ingenio” fue trasladada al Convento de Santo Domingo en Agüimes donde fue sepultada. Casarse en el convento dominico de las Nieves de Agüimes, también representaba un signo de distinción y poder económico.

Su domicilio en el Ingenio

Consta su domicilio en una casa situada en el camino “que va a la Candelaria”, junto a una casa de dos plantas propiedad de los cónyuges Salvador de Acosta y Andrea Romero, lindante con serventía de la Acequia Real.

Oficial de Milicias, labrador y partidor de bienes

Sus primeras actuaciones en el orden social, documentadas, se refieren a su participación como testigo en distintos matrimonios en 1694,1695 y 1700. Con la graduación de sargento de las Milicias Provinciales de Canarias actúa como testigo en el testamento otorgado en 1698 por Juan de Ávila Balboa, otro de los influyentes y ricos personajes del Ingenio de la época. Por 1700 había alcanzado la graduación de Alférez.

Labrador de profesión y experto conocedor de la realidad agrícola y ganadera, con amplio reconocimiento social por parte de los vecinos, era requerido para actuar como partidor de bienes. Llegados a 1717, ya había alcanzado la graduación de Capitán. Como tal partidor es nombrado en 1727 junto a Luis de Aguiar para el reparto y confección de las hijuelas quedadas al fallecimiento del vecino Sebastián Pérez. Su faceta de apreciador de bienes o perito queda patente en muchas escrituras de compra-venta ante el escribano de Agüimes, nombrado de conformidad por las dos partes que aceptaban su justa estimación.

Repartidor de las aguas del heredamiento Acequia Real de Aguatona

Durante años fue nombrado por los partícipes del heredamiento Acequia Real de Aguatona repartidor para la división y reparto anual de las aguas en sus dulas. Entre sus obligaciones: tener la acequia con el aseo y limpieza necesaria; dividir las aguas según la dulas, dando a cada uno su parte conforme al repartimiento; coger las tornas acostumbradas tanto de día como de noche, avisando a los regantes con tres días de antelación a su dula, depositando la gruesa en el albercón real al ponerse el sol y soltarla al canto del gallo, a excepción de las que se regaban por arriba del depósito que se haría a partir de la medianoche; obligación de pagar por el día que faltara cuatro reales de pena aplicados a reparar la acequia, cuya limpieza y “desbarada” había de ser desde el molino de Guayadeque hasta la torna de Amador (actual paraje de Amadores) que era la que dividía el agua para los Llanos de Alemán (costa de Gando) y Aguatona. Podía sembrar en la servidumbre de la acequia dos fanegas de trigo y una de cebada, con obligación de denunciar a todos los animales mayores o menores que dañasen la acequia y a las personas que hurtaran agua. Recibía por su trabajo por cada suerte de agua (dos días y dos noches), seis reales en tres tercios; si algún heredero no pagaba a su tiempo podía retenerle su agua hasta el pago.

El capitán Gregorio Pérez tuvo un hermano llamado Bartolomé, que había emigrado a Indias, donde acumuló una sustanciosa fortuna. Sin que sepan las causas, nuestro personaje entabla autos contra su hijo Salvador Pérez sobre restitución de esta herencia. Por el año 1772 el litigio seguía pendiente ante la Justicia Ordinaria de la Villa de Agüimes con el resto de los coherederos en la que participa su nieta Agustina Pérez (hija única de Salvador Pérez y María Alemán), donde su esposo Bartolomé Navarro del Castillo otorga poder a procuradores para que la representen en el procedimiento.

Participación en el Motín de Agüimes

Las causas, desarrollo y consecuencias de lo que se vino en llamar Motín de Agüimes han sido ampliamente tratados por los historiadores Bethencourt Massieu, Quintana y Grimón en base a documentos primigenios custodiados en el Archivo Histórico Nacional y Archivo Histórico Provincial de Las Palmas de los que extractamos algunos pasajes con el fin de contextualizar el papel de nuestro protagonista ingeniense Gregorio Pérez Caballero, en razón a su graduación de Capitán, responsable de la Compañía de Milicianos de Ingenio, al que le tocó vivir muy de cerca la revuelta popular a finales de 1818 y principios de 1819, al ponerse al lado de los levantiscos, a pesar de su condición castrense, lo que le provocó un serio disgusto al ser juzgado por estos hechos.

Los acontecimientos en los que participa, larvados durante muchos años, tienen su origen en la posesión de tierras para el cultivo de cereales, por parte de algunos vecinos del Señorío Episcopal de Agüimes en Sardina, Llano del Polvo y Aldea Blanca; tierras que al considerarse realengas, la Audiencia dispuso fueran subastadas, adjudicándoselas el todopoderoso terrateniente y sargento mayor Francisco Amoreto a principios de 1718, con el consiguiente rechazo de los colonos que las disfrutaban, al no tenerse en cuenta los derechos adquiridos. Como consecuencia del malestar creado tiene lugar una asonada popular donde se pone de manifiesto un grave problema económico y social en el que intervienen los estratos de una sociedad en clara confrontación y en muchos casos invirtiéndose los papeles que cada uno podía representar dentro de los distintos estamentos de la sociedad de la época que hacen que el conflicto adquiera dimensiones imprevisibles. Los medianeros de Amoreto en oposición a los colonos; la clara división dentro del estamento eclesiástico, donde el presbítero Juan Melián se enfrenta a la actitud conciliadora del presbítero Sebastián Sánchez Romero; diferencias jurisdiccionales entre San Bartolomé -donde se encontraban las tierras en litigio- y el Señorío Episcopal de Agüimes, de cuya parroquia dependían estos lugares; actuaciones contradictorias en el estamento militar (milicias) bajo el mando de los capitanes Antonio de Rojas en Agüimes y nuestro protagonista Gregorio Pérez en el Ingenio, en oposición a su jefe orgánico el coronel del Regimiento Provincial de Telde y suegro de Amoreto, Fernando del Castillo; la posición del alcalde ordinario Salvador Fernández Afonso en contraposición con el alcalde real Joaquín González que claramente se posiciona a favor de Amoreto.

La asonada

Los violentos acontecimientos comienzan en noviembre de 1718, al exigir los vecinos de Agüimes al alcalde real certificación de contradicción de los bienes subastados, creándose un tumulto, donde se emplean armas y se plantea incendiar la casa de Amoreto en Guadalupe y la de su apoderado el cura Juan Melián en Agüimes, además de distintos sucesos en el lugar del conflicto. El incidente violento que marca un hito en el desarrollo de los acontecimientos lo protagoniza el alcalde real al ser agredido cuando se encontraba en los Llanos de Sardina con la intención de evitar enfrentamientos entre colonos y medianeros al ser apaleado, asaeteado, y hasta un disparo que lo dejaron malherido, pudiendo escapar a lomos de un caballo hasta Agüimes donde fue atendido por un médico. Los medianeros -la mayoría de los caseríos contiguos al sur del barranco de Tirajana- el cura Melián y el alcalde de agua de la Aldea Blanca son perseguidos y se producen destrozos en acequias para impedir el riego. El alcalde ordinario se dirige al lugar de los hechos con el capitán de milicias de Agüimes Antonio de Rojas y el escribano. Bajo un tenso ambiente, los campesinos de los lugares cercanos son convocados al amotinamiento, llegando a controlar las entradas y salidas del pueblo. Los medianeros de

Amoreto tienen que refugiarse en sus casas. Fue en estos momentos críticos cuando interviene nuestro protagonista el capitán Gregorio Pérez, al presentarse en Agüimes con los milicianos de su Compañía de Ingenio lo que hace que los exaltados continúen la revuelta exigiendo al alcalde real las insignias y enseñas militares.

Informada por el alcalde ordinario, la Audiencia ordena formar sumaria al fiscal Francisco Román Meléndez con el objeto de tranquilizar a la población y averiguar los posibles delitos. Acompañado de un escribano “llega al lugar del Ingenio” al toque de oración el día 1 de diciembre y se aloja en la casa de Agustín Xuares (compañero de Gregorio Pérez en tareas de apreciación de tierras), donde fue informado de la hostilidad del vecindario de la Villa que impedía el paso de cualquier persona más allá del barranco de Guayadeque. Con cierta dificultad logró reunirse en Ingenio con el alcalde ordinario, el cura Sebastián Sánchez, el capitán Rojas y un aguacil. Mientras, un grupo de milicianos se presentaba en Agüimes a medianoche con la intención de no dejar pasar al fiscal, dándose la circunstancia que el capitán Gregorio Pérez no acompañó al grupo de milicianos por tener alojado en su casa del Ingenio al coronel Fernando del Castillo. A las 11 de la mañana del día siguiente el fiscal logra pasar a Agüimes acompañado solamente por el capitán Rojas y el escribano Fuentes a los que se unió en Guayadeque, Gregorio Pérez, junto al alcalde ordinario y el alférez Alemán. Una vez en Agüimes el fiscal se esfuerza en que depusieran las armas, mediando en el enfrentamiento que se produjo entre partidarios y contrarios. Cuando el fiscal había alcanzado un cierto grado de sosiego y calma, prometiendo un recurso a sus aspiraciones de posesión de las tierras, se presenta de nuevo el capitán Gregorio Pérez, manifestando que venía con algunos soldados “del Ingenio” a petición de los vecinos, quedando el resto armados, exigiendo las llaves de las puertas de la casa del Cabildo, amenazando con derribarlas. Los vecinos de Agüimes trataron de apaciguarlo en razón a lo pactado con el fiscal por ser su obligación y por su condición de militar. A oídos del fiscal había llegado la noticia de acuerdos de gente del Ingenio con los de Telde, Agüimes y Tirajana para continuar con la revuelta. Calmados los ánimos el fiscal regresó de nuevo a Ingenio. Pero el tenaz capitán Gregorio Pérez volvió a la Orilla (Agüimes) con su Compañía con la intención de entrar por la fuerza en las casas del Cabildo con la negativa del fiscal de entregar las llaves a los de Ingenio, se las facilitó a los de Agüimes, tratando de evitar que rompieran las puertas ante las manifestaciones del capitán Pérez que era la voluntad del pueblo. Después de cuatro días el fiscal regresa a Telde sin haber logrado apaciguar a los levantiscos y allí se celebraron negociaciones para la salida del conflicto que no llegan a buen término. Con la llegada del capitán general Chaves desde Tenerife se pretendía la pacificación de los vecinos y el castigo de los exaltados. El Obispo se dirige a sus vasallos de Agüimes recriminándoles su error, presentasen excusas y que explicasen sus pretensiones. El nuevo juez llega a Agüimes y decreta la prisión de 25 personas que son trasladadas a Las Palmas. Amoreto, que junto al alcalde real Joaquín González, habían actuado como querellantes se empeña en que se procese a los capitanes Gregorio Pérez y Rojas por no haber estorbado el tumulto y no poner todos los medios necesarios para el sosiego y por tanto los considera reos implicados en la causa.

Las algaradas contra Amoreto continúan a principios de 1719 a pesar de los intentos para llegar a un arreglo con los campesinos en la explotación de las tierras. La sentencia contra los encausados establece entre presidio, destierro y cinco absueltos, lo que provoca la llegada a las Palmas de numerosos vecinos del Sur que se concentran en la Plaza de Santa Ana en solicitud de la liberación de los presos, lo que hizo que se reforzara el número de soldados y el emplazamiento en el lugar de cinco piezas de artillería. Los manifestantes, muchos con arcabuces y picas, cercan el puerto. Finalmente, ante las presiones de algunos oficiales, el Capitán General opta por liberar a los presos. La causa es sobreseída por el Consejo de Castilla y confirmada por una carta del rey Felipe V en septiembre de ese año. En 1725 se pronuncia sentencia ejecutiva por parte del Consejo de Castilla por la cual las tierras de Sardina y Llano del Polvo se adjudicaban al vecindario de Agüimes, reintegrándose a Amoreto el importe del remate. En 1733 pasan a dominio pleno de los vecinos, pero a través del pago de un tributo perpetuo a la Corona que muchos no pudieron asumir.

Con 56 años, cuando se desarrollaron estos acontecimientos, el Capitán Gregorio Pérez, acusado de usurpación de tierras por “unas rozas vereda arriba”, justifica la corta porción usurpada por “no tener tierras donde arrimarse para alimentar su casa y familia”. En el proceso consta como labrador y no firma.

Fallecimiento

El Capitán Gregorio Pérez Caballero, viudo de Jerónima Pérez, falleció el 11 de marzo de 1748 a la edad de 86 años. Sus restos fueron trasladados desde su casa y “lugar del Ingenio” hasta la acequia a la entrada de la Villa de Agüimes y desde allí hasta el templo parroquial de San Sebastián, siendo sepultado en la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.

Fuente: https://www.laprovincia.es/gran-canaria/2022/04/17/gregorio-perez-personaje-inedito-65071375.html

 

 

 

 

Add your Comment

Calendario

noviembre 2024
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930  

Archivos

UN PORTAL QUE CONTINÚA ABIERTO A TODO EL MUNDO