POR PATRICIO MARÍN ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE COX (ALICANTE)
En los últimos años se ha mantenido la teoría que el castillo de Cox, no es ni siquiera castillo, si no más bien un palacete. Además se le resta antigüedad descartando la posibilidad de su origen árabe situándole en el siglo XV. La idea la lanzó D. Rafael Azuar Ruíz, renombrado arqueólogo, hace ya treinta años. En efecto, a partir de ahí se han publicado numerosos trabajos en referencia a nuestro castillo, calificándole de Palacete de Cox. Ante dicha opinión, el que suscribe se ha esforzado por rebatir tal teoría, y para ello comencé por indagar en archivos y bibliotecas. En principio solo disponíamos de la noticia dada por Mosén Bellot, que dice así:
“El castillo de Cox, antiquísimo como se ve por sus fundamentos, fue renovado por Juán Ruíz, señor del dicho lugar, con privilegio (que obtuvo por merced, atento a sus servicios) del rey don Juan el segundo de Aragón, año 1466, en el cual le intitula caballero” (Anales de Orihuela, tomo II, pág. 180).
Con la sola lectura del párrafo precedente se desprende que el castillo fue renovado o restaurado, luego ya existía con anterioridad a dicho año. En torno a esta cuestión nos avala lo escrito por Ernesto Gisbert, del siguiente tenor:
“Dueño Juan Ruíz del Señorío y heredamiento de Cox, y en vista de las continuas alarmas y asonadas (1) que tan intranquilos tenían a los habitantes de la gobernación oriolana, puso su especial cuidado en asegurar su hacienda de las invasiones castellanas que eran tan frecuentes por esta parte de la coronilla de Aragón. Consecuencia de ellas y del abandono (2) de los anteriores poseedores, fue le ruina del castillo de aquel señorío en cuya reedificación le estimularon los oriolanos para orillar las dificultades que en un principio se opusieron por Rocamoras y Rocafules (3) poco propicios a ver alzarse próximo a sus señoríos este nuevo de Cox. Los procuradores de Orihuela en las Cortes del rey requirieron el apoyo de D. Juán II para que la reedificación se hiciese sin embarazo, y así lo consiguieron empezando y concluyendo las obras en este año de 1466 (4)” (Historia de Orihuela, tomo III, pág. 404)
Una vez reconstruido el castillo, los sucesores de Ruíz se preocuparon por su mantenimiento, y en 1672 se realizaron obras de reparación en su recinto. Montesinos que visitó el castillo hacia 1795, al referirse a nuestro castillo, manifestaba lo siguiente:
“El castillo, q. está sobre una cómoda, y elevada colina, q. no hay duda q. fue construcción de los romanos, y reedificación de los moros, está a la entrada del Lugar en un paraje q. domina su vista algunas leguas de tierra huerta, campos, villas, y lugares; es grande, con sus almenas, garitas, miradores, y fuertes calabozos construidos sobre peña viva, donde se colocan los reos de consideración y peligro”
Otra referencia al castillo de Cox se contiene en una publicación de 1778, que decía así:
“Tiene un castillo, que se conserva muy entero, con la particular circunstancia de ser uno de los que se exceptuaron-de orden especial del monarca- (Felipe V) de ser arruinado y demolido (5) en el reino de Valencia” (Descripción corográfica de Fray Pablo Manuel Ortega-impresa en Murcia)
Siendo muy respetables las opiniones vertidas por eruditos de todas las épocas en torno a nuestro castillo, ninguna es definitiva ni concluyente para desterrarle el sambenito de Palacete de Cox. Sin embargo existen dos elementos que avalan su carácter de fortaleza defensiva, del siguiente orden:
1º.- La barbacana o albacara, hoy desmochada, que circunda la explanada de su fachada principal, con su acceso en forma de L, para evitar el ataque con ariete o testudo.
2º.- La existencia de un alcaide (6) de la fortaleza, que de forma circunstancial hemos localizado en un pleito de aguas de Cox con Albatera. El referido alcaide llamado Juan Morales aparece como uno de los testigos firmantes de un documento suscrito por más de treinta regantes moriscos del Lugar de Coix. El documento se halla dispuesto en lengua valenciana y data del 30 de mayo de 1605. Debido a lo extenso del mismo reseñaré solamente el párrafo de los testigos, del siguiente tenor:
(Real Audiencia de Valencia-Procesos de aguas-Legajo 598, año 1605-El Lugar de Coix con villa de Albatera)
-Trascripción literal resumida-
“Testimonis forent presents a totes les dites coses Joan Morales, alcayt del castell de Coix, y Andreu Carbonell y yo Marco, tots abitadors del dit lloch de Coix”
Según el diccionario de la lengua española la función de un alcaide era guardar una fortaleza y sus cárceles. El castillo de Cox reunía estas condiciones, toda vez que disponía de mazmorras cavadas en peña viva. En ellas quedó confinado entre otros, Antonino Pacheco Balboa (6) en plena efervescencia de los vecinos de Cox contra el Marqués de Melgarejo.
Notas explicativas
(1).- Durante el reinado de Juan II de Aragón (antes de los Reyes Católicos) las comarcas peninsulares se hallaban en clara desunión con frecuentes enfrentamientos. Las banderías y duelos entre los nobles comarcanos se producían, como la que protagonizaron los Rocamoras y Rocafules, vecinos inmediatos del lugar de Cox. Igualmente la zona del Bajo Segura se hallaba muy expuesta a las incursiones castellanas que con demasiada frecuencia se introducían por los campos de La Matanza y Abanilla. Dicha frontera con Murcia, se hallaba muy abierta y sin protección alguna por el lado norte de la ciudad de Orihuela. Por esta razón les era muy fácil entrar y arrasar todos los pequeños poblados hasta llegar a Cox. En estas acciones depredadoras, destruyeron su viejo castillo árabe, dejándolo en total ruina. A la sazón ningún poblado del Bajo Segura había alcanzado su independencia concejil siendo todos ellos integrantes del extenso término de la ciudad de Orihuela.
(2).- Los anteriores propietarios del lugar de Cox residían en Orihuela y nunca se habían ocupado en fortificar el castillo ya derruido.
(3).- Los Rocamoras y Rocafules eran los dueños territoriales de La Granja y Albatera respectivamente. Tenían sus feudos defendidos por sendas fortalezas (la Granja con su Torre y Albatera con un Palacio). La reedificación del castillo de Cox fue observada con recelo por los señores feudales de La Granja y Albatera., pues vieron un signo de poder que limitaría y pondría freno a sus ambiciones expansionistas. El más afectado fue el señor Rocamora, cuyos predios se hallaban demasiado cercanos al lugar de Cox.
(4).- La inseguridad de aquellos tiempos hizo que el dueño de Cox-Juan Ruíz-se diese prisa en reedificar el castillo. Lo ejecutó en tan corto plazo, que las obras se iniciaron y concluyeron el mismo año 1466. Este legado de Ernesto Gisbert, nos confirma el uso militar del castillo, alzado sobre sus ruinas para repeler ataques de un enemigo que actuaba con sorpresa por la raya fronteriza de Murcia con Orihuela. El entonces lugar de Cox situado a menos de tres leguas sufría con frecuencia las incursiones de los castellanos.
(5).- La función de los alcaides era guardar y defender las fortalezas y sus cárceles, lo cual corrobora su carácter militar. Un palacete o residencia en la montaña para el dueño de Cox, no se correspondía con la realidad, toda vez que Juan Ruíz Dávalos, poseía un Palacio en el llano, donde hoy se alza el Ayuntamiento y el bar Pacheco. Estas cuestiones le fueron planteadas a D. Rafael Azuar Ruíz en la conferencia que nos ofreció en la casa de cultura Reina Sofía de Cox, el 18 de diciembre de 2008. En dicho acto D. Rafael admitió más antigüedad para nuestro castillo y su carácter de fortaleza.
(6).- Antonino Pacheco Balboa, (Cox 1697-1781) hijo de Félix y de Ana. Vinculado al poder local desde su juventud (Alcalde de Cox en 1726 y arrendatario de los derechos señoriales en 1751, entre otros cargos), fue encarcelado en el castillo por obstrucción a la justicia, el 23 de octubre de 1768.