POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En estos días otoñales de visitas al cementerio, me lleva a los apuntes tomados sobre la edificación del cementerio, viejo, recientemente llamado “Virgen de la Fuensanta”.
Las noticias que he podido lograr por algunos textos o de la tradición oral, indican que cerca de la iglesia, hubo un pequeño cementerio en donde se enterraban los fallecidos; también de la aparición de numerosos huesos al realizar obras en el suelo de la iglesia. En este artículo trataré sobre la construcción del cementerio actual (viejo).
En 1890 un informe indica: que : “el cementerio que hoy existen no reúne condiciones de higiene previstas por ley, que por su poca extensión no es posible hacer las inhumaciones con la regularidad debida, que se han dado casos que al practicar nuevas fosas se han descubierto cadáveres que aún no habían llegado a su completa descomposición, que no favorecen la moral ni la higiene”.
En 1891 vuelve a incidirse en el tema de construcción de un nuevo cementerio. Las peticiones al Gobernador, se dilatan en el tiempo de construcción .
“Que en virtud a las malas condiciones en que se encuentra el cementerio de esta Villa, pues además de ser muy pequeño el terreno destinado a la sepultura de cadáveres, se ha dado el caso de sacar algunos de ellos sin presentar señales de descomposición , cuya causa obedece principalmente a ser el terreno que ocupa arenisco y como comprenderán los Concejales además de ser antihigiénico es antimoral y antirreligioso el que ocurran casos de esta naturaleza, que con frecuencia suceden, que no están en armonía con el respeto que se merecen los que fueron nuestros deudos y amigos por cuyas razones y causas expuestas creía el Sr. Alcalde que debiera formase el oportuno expediente y construir un nuevo cementerio que llenase las necesidades de la población y reuniese a la vez todas las condiciones necesarias para el objeto a que se destina. Que es una verdad que cuando tienen que hacer una zanja para enterrar en ella sacan algunos cadáveres en la misma forma en que fueron depositados al hacerle el sepelio, lo cual obedece a las malas condiciones del terreno que ocupa y como causa secundaria a la poca extensión que ocupa, teniendo en cuenta el número de enterramientos que por término medio se hacen en esta villa. Teniendo en cuenta que esta Corporación cuenta con medios suficientes para ello, según resulta de los libros de contabilidad hay en caja sobrante para atender a la compra del terreno y a la construcción de un nuevo Cementerio”.
Las peticiones al Gobernador para que autorice el inicio de las obras se repiten en varias ocasiones, sin obtener respuesta alguna. Acuerdan la compra del terreno a D. Francisco Marín y Romero y asisten al notario para realizar la escritura de compra en mil quinientas pesetas y que se realice la obra en el periodo más breve, pues así lo demanda la necesidad y la higiene pública, ya que si pasa el tiempo y llegan las lluvias habría que esperar un año más.
Al fin se logra el informe favorable del Jefe de Obras Públicas, para las obras del cementerio.
Condiciones de la obra: La subasta es de 13, 733 ´17 pesetas; deben ingresar el 5% de este precio en la caja, Las proposiciones se realizaran en sobre cerrado, según modelo que se expone; el contratista se obliga a dar comienzo a las obras a los ocho días de la concesión.
En abril de 1892, se deja en libertad el nombramiento de los facultativos para llevar a cabo la obra, siendo requisito indispensable que la persona tuviese el título profesional, nombran D. Francisco Jorquera López para que Se formara el plano, proyecto y presupuesto de la obra del cementerio.
Se comunica a las familias, que tienen sepulturas pagadas a perpetuidad en el cementerio-cercano a la Iglesia, que paguen cierta cantidad y se haga un listado para el cambio de lugar.
El cobro por los derechos de entierro en el cementerio de la villa, se hace de forma irregular y abusiva por lo que se fijan los precios de la tarifa. Cada entierro de tercera clase 10 pesetas, de segunda 6,50, de primera, veinte reales, 3,75. Por cada uno de párvulo, 2, 50 pesetas.
El 23 de julio de 1893 , el contratista José Marco Lozano informa al alcalde , que las obras se encuentran terminadas. Que para recibir las expresadas obras debe procederse al reconocimiento por persona competente y nombran por unanimidad al arquitecto provincial D. Justino Flores Llanas.
En 1894 surge un pleito con Manuel Campos y Juan Alfonso Sánchez que piden al Ayuntamiento 2570 pesetas del exceso de las obras del nuevo cementerio, ya que han participado como consorcios junto al rematante de dichas obras José María Lozano.
El Gobernador desestima la petición de Manuel Campos Atienza y Juan Alfonso Sánchez, contra el acuerdo de la Corporación de 14 del mes. Indicando que no tienen pruebas para su reclamación.
Tras diversos razonamientos, el informe del Arquitecto Provincial es que hay un exceso de obra de 2570 pesetas.
Años después deben hacerse algunas obras de reparación y ya en 1899 acuerda el Ayuntamiento ceder gratuitamente a las Hermanitas de Ancianos una extensión de terreno de 4,250 de longitud por 2,100 de anchura.
En 1900 se encarga una mesa de autopsias al carpintero Miguel Ángel Segarra López.
En 1901 surgen algunos problemas entre las autoridades locales y el párroco : El Concejal señor Marín Bueno , expuso que tenía noticias que el Cura Párroco de esta villa iba a proceder a la venta por medio de subasta del Cementerio antiguo y clausurado hace muchos años, que existe junto a la Iglesia Parroquia por lo que creía oportuno que el Ayuntamiento se cerciorará de si en efecto había de venderse dicho Sagrado recinto y en caso afirmativo demandar del mencionado cura párroco las explicaciones convenientes respecto a la autorización que haya obtenido y título que ostente para realizar la expresada venta y conocidos estos datos podría la Corporación aquietarse con esta o tomar el acuerdo oportuno, conducente a la defensa del Municipio o el ejercicio de sus facultades legítimas”.
En la primera década además del pleito por la posible venta del cementerio viejo por el párroco, deben repararse las paredes del cementerio. Posteriormente se encarga a Francisco Uceda Bezares la construcción de una puerta para el cementerio civil; comienzan con la plantación de árboles en este lugar.
La bajada al cementerio debe estar en pésimas condiciones por lo que pide el sacerdote, Melchor Rodríguez Avilés .Pedro Marco Luna:“Que la Pasadilla se allane y, pueda construirse un paseo público que facilite el tránsito a dicho lugar sagrado. Cementerio” .
En 1920 solicita Lucas Muñoz Bezares, que se reconstruya la lápida que cubre la sepultura de Ramón Millán Bueno y que se designe con su nombre a la actual calle de la Feria. Se acepta el nombre de la calle.
En 1921 se solicita a la Corporación. que la comisión de ornato informe y visite el cementerio civil , sobre la propiedad de la tierra removida, ya que tiene noticias que la capa de la misma es muy escasa y los cadáveres quedan insuficientemente cubiertos. Y Félix Sáez Pérez pide que se dé una inclinación diferente al tejado de la sala de autopsias, del cementerio católico, para que las aguas pluviales no viertan sobre el panteón de su propiedad. Que se instale un canalón que recoja completamente las aguas pluviales y las conduzca a sitio que no ocasiones perjuicio en el panteón de la familia. Saiz ni en ningún otro.
Tras la proclamación de la República, los entierros por el rito católico tienen numerosas dificultades, por la oposición de un sector de la población.
Matías Molina, sacerdote, sufre la agresión de un grupo de personas, cuando iba a recoger el ataúd de un fallecido en el lugar del Pozo Armijo. Recoge la noticia el Diario Ideal de uno de noviembre de 1932, con fotos de Matías Molina de la Poza, párroco de Villanueva que fue herido cuando en cumplimiento de sus deberes sacerdotales, que asistía a la conducción del cadáver de un vecino que dejó dispuesto ser enterrado en católico. José Burgos y Pedro Simón Grueso Rodríguez, que figuraban en el acompañamiento, y resultaron respectivamente herido y muerto por disparos de arma de fuego” .
En estos días primaverales de castañas y las típicas gachas, nuestro cementerio se despierta en las ascuas de la antigua Cofradía de Ánimas: se arreglarán las tumbas que permanecen en el olvido, colocando una flor y encendiendo una lamparilla; un grupo de voluntarios lo están haciendo y las “Tacillas de las Ánimas”, estarán expuestas en una mesa, a la entrada el día 1 de noviembre, junto con el legajo de la fundación de la Cofradía.
Con motivo de cumplirse el IV Centenario de la fundación de las Cofradías del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad, se celebrará una misa en el Cementerio (nuevo) ·Cristo de la Vera-Cruz”, en la tarde del día uno de noviembre, con las imágenes de ambas cofradías en la Eucaristía.
La Concejalía de Cultura también ha preparado para el domingo 30 de octubre la representación del “El Tenorio” a la luz de las velas en los exteriores de la parroquia de San Andrés y el lunes 31de octubre “La Plaza Mayor a la luz de las velas” y un concierto de los hermanos Ávalos.
(Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir…)
Fuente: M.L.F