POR JUAN FRANCISCO RIVERO DOMÍNGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
En una revista de tanto interés cultural como es el boletín de la Real Academia de las Letras y las Artes Extremadura, correspondiente a 2016, leo un interesante artículo sobre Brozas titulado “Los cines parroquiales de la Diócesis de Coria-Cáceres: una reconstrucción documental desde las Ciencias Sociales”, cuya autora Angélica García – Manso es profesora universitaria y doctora en Historia del Arte por la Universidad de Extremadura, con una tesis sobre la interrelación entre las artes fundamentalmente la literatura e imagen en la pintura o el cine”
Esta profesora estudia los casos de los cines parroquiales, comenzado con el primero que se abrió en la provincia de Cáceres, en 1943 en el Monasterio de Guadalupe. Con ello se quería educar en lo social y lo religioso a los jóvenes de entonces. Pone algunos ejemplos concretos, pero destacando el Cine Coliseum en la capital, que tenía una gran pantalla, pues tuve el gusto de ver muchas películas en él durante mi estancia de estudiante en Cáceres, así como el que había en el palacio del obispo Manuel Llopis Iborra, en la Plaza de Santa María, al, que yo acudía de niño los domingos por la tarde, cuando hacía primero de bachillerato en el entonces Instituto “El Brocense”.
Esta autora estudia dos casos concretos: Los cines de La Unión y Alvernia, de dos poblaciones demográficamente importantes: Brozas y Torrejoncillo En los años 60 del siglo pasado tenían unos 6.000 y 5.500 habitantes respectivamente. Como es lógico nos interesa el estudio que hace del cine de La Unión.
Tengo el honor de ser citado por Angélica en este artículo al transcribir las siguientes palabras de mi trabajo “Las Broças en el siglo de El Brocense”, publicado en la revista “Alcántara”, número 51 en el año 2000: “… la ampliación del templo de los Santos Mártires en los años 60 por el cura Constantino Calvo Delgado, un hombre al que el Ministerio de Hacienda de la época le puso una multa al abrir sin permiso un cine juvenil con el que sacar dinero para engrandecer el templo”. Esto me lo dijo la periodista de ABC Isabel Montejano Montero, con quien en mis tiempos juveniles de aprendiz de periodista y con quien me unía en Madrid una buena amistad.
La villa de Las Brozas es citada hasta diez veces en este trabajo sobre los cines parroquiales, teniendo un apartado importante que vamos a transcribir en sus partes más destacadas. Tanto los cines parroquiales de Brozas como el de Torrejoncillo usaban proyectores de 35 milímetros que en nuestro pueblo manejaba Antonio Lopo: “El cinematógrafo “La Unión” de Brozas es, sin duda, uno de los cines parroquiales más relevantes tanto de la Diócesis de Coria-Cáceres como de la provincia; y ello no tanto por su trascendencia cultural en el entorno (de hecho, convive con iniciativas privadas potentes, en una población relevante desde perspectivas económicas y demográficas), cuanto por la disposición de un inmueble específico como local de proyecciones, algo poco habitual en los cines de la Iglesia. Además, se cuenta entre los más veteranos en el ámbito de la Diócesis de Coria – Cáceres y es de los de mayor pervivencia: inaugurado en 1954 mantuvo sus sesiones hasta 1966. Su promotor fue el sacerdote Constantino Calvo Delgado, de la parroquia de los Santos Mártires, persona de carácter emprendedor y, al tiempo, polémico, enfrentado sea a las iniciativas litúrgicas y catequéticas de la otra parroquia local, sea frente a los cines comerciales con los que rivaliza a la hora de atraer al público infantil en los fines de semana”.
Angélica indica que el cine “La Unión” estaba muy cerca de otro de iniciativa privada, el cine Casimiro Ortas, después llamado Cine López, o cine Cachucha, que era uno de los cines más antiguos de la provincia. Como sabemos en este local de los Cachucha también se hacían obras de teatro, donde estrenaron entre otros Margarita Xirgú y Casimiro Ortas y en los años de la década de los 60, quiero recordar que allí actuaron Antonio Molina, y la Paquera de Jerez, el excelente concertista de guitarra clásica, el argentino Ernesto Bitteti, al que le pitaron por no tocar flamenco y yo ir a excusarme a mis 16 años por tan mala educación del alguna parte del público, o a un mago que “me obligó” al estar hipnotizado a vender periódicos por las butacas, muchísimo antes de que yo pensara ser periodista.
FUENTE: https://cronistadelasbrozas.blogspot.com/2024/02/el-cine-la-union-de-brozas.html?m=1