Nos han dicho este pasado fin de semana, que existe un informe elaborado por el CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO, en el que se hace un notable repaso a la historia y vicisitudes del convento de San Francisco de la Observancia instando a que se tenga en consideración la importancia que tuvo este convento en Arévalo y para Arévalo, de forma que se actúe con la suficiente precaución, intentando respetar y conservar lo máximo posible, y aprovechando para estudiar los restos de manera exhaustiva.
Nos han dicho este pasado fin de semana, que en el asunto del convento de San Francisco de la Observancia, seguramente primarán los intereses de los promotores inmobiliarios sobre cualquiera otra consideración y uno de estos días veremos, como meten sus excavadoras y no dejan vestigio alguno de lo que fue zona de conventos. Si se cumplen estos nefastos augurios, seguiremos en la senda del «cuesta abajo» y tendremos que volver a recordar a nuestro querido Perotas cuando nos habla de «la desidia de un alcalde y la torpeza de un arquitecto».
Nos han dicho este pasado fin de semana, que esto mismo ha pasado hace muy poco tiempo, en las recientes obras de lo que fue zona del convento de las Montalvas y nos recuerdan amargamente que lo mismo sucedió en las obras del convento del Real.