El Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz (León) ha editado el primer estudio en el que se deja constancia de la tradición de colocar mayos de origen artístico. La tradición, nacida en Jiménez, de crear escenas tradicionales, en alusión a antiguos oficios e incluso personajes concretos del pueblo trató de conseguir la declaración de Fiesta de Interés Turístico Provincial el año pasado, sin que el expediente consiguiera el visto bueno de la Diputación provincial.
La Administración provincial adujo, en su dictamen desfavorable, la necesidad de acreditar treinta años de antigüedad del reclamo para el que se solicita la distinción, de manera que el Ayuntamiento ha optado ahora por dejar constancia de la tradición, con el fin de, en años venideros, volver a plantear el reto.
El CRONISTA OFICIAL DE SANTA ELENA DE JAMUZ, PORFIRIO GORDÓN, firma el trabajo, que see ha publicado con parte del dinero de una subvención que el Instituto Leonés de Cultura (ILC) otorgó al municipio para actividades culturales.
En un folleto de dieciséis páginas, se expone el origen de la tradición, que podría remontarse a la época prerromana, así como a las diferentes fiestas mayales que surgieron en Europa y España a raíz del culto debido a la diosa Maia o Fauna, para llegar al municipio.
DE LA DESAPARICIÓN AL RENACER
En Santa Elena de Jamuz, la tradición de plantar mayos se truncó con la Guerra Civil. Barrios de Jiménez como Cantarranas, la Galvana y El Cueto vuelven a colocar el tradicional tronco con el muñeco de viejas ropas rellenas de paja hacia los años sesenta, con afán competir por el quién lo hacía mejor. Sin embargo, «a finales de aquella época vimos el último mayo enhiesto en la plaza mayor del pueblo», cuenta el CRONISTA OFICIAL. Es en los años 80 -se duda si fue en 1984 o 1985- cuando el barrio de La Ermita, en Jiménez, crea el primer mayo moderno: “La Novia”, a la que siguió “Lola Flores”. Más tarde, en 1988, la revista local “Jamuz” publica un reportaje en el que se recogía la instalación de los mayos y cómo un jurado popular eligió al que se consideró mejor de todos los expuestos en la calle.
Aunque no se facilita la fecha, el Ayuntamiento se hizo cargo después de la organización del concurso, cuyos premios no estuvieron exentos de polémicas, y trata de extender la tradición a los demás pueblos del municipio. En 1995, siempre citando a GORDÓN, Santa Elena se suma a la iniciativa y Villanueva lo hace cinco años después, aunque se ciñe al pasado, con el pelele de paja colgado. Sin embargo, con el paso de los años también en esta última se va depurando el burdo monigote para crear las figuras artísticas y las escenas que idearon los vecinos de Jiménez de Jamuz.
Fuente: http://www.diariodeleon.es/ – A. Domingo