Ha pasado de ser una alhóndiga para la compra y venta de trigo a ubicar un centro de tecnologías avanzadas, aunque sea de una forma provisional. Ha servido desde Casa de Comedias donde los protagonistas no eran precisamente los políticos hasta salón para las toma de las decisiones más importantes de la ciudad. Así es el edificio del actual ayuntamiento que fue mandado construir en 1566 y se terminó veinte años después.
Se destinó en primer lugar como depósito para cereales, en especial para el trigo.
También se llevaban a cabo en su interior transacciones económicas. Pero tuvo que pasar más de 300 años para convertirse en la casa consistorial de la ciudad. el 29 de octubre de 1888 se celebró la primera sesión plenaria en este edificio siendo alcalde Vicente Martínez Malo. Hasta ese tiempo, las decisiones municipales de la ciudad se tomaron en otros lugares.
LOS ATRIOS
Según destaca el historiador y CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, la primeras reuniones para la toma de decisiones del municipio se realizaban en los atrios de las iglesias de San Martín y Santiago. «Por este motivo, existen esos asientos de piedra, por ejemplo en la puerta de Las Limas», afirma.
Hay que avanzar hasta el siglo XIV para poder tener algún dato de las primeras casas consistoriales. «Se sabe que existieron en la zona amurallada pero no hay información para ubicarlas de una forma fidedigna» destaca el CRONISTA OFICIAL.
El primer edificio que albergó el Ayuntamiento es donde se ubica ahora las actuales dependencias de los juzgados y de la Policía Local. Se convirtió en el primer inmueble civil construido en la plaza Mayor.
Con el paso del tiempo, algunas instalaciones de este “viejo ayuntamiento” del siglo XV sirvieron como almacén de fontanería, centro de transeúntes, depósito de carne e incluso, de biblioteca municipal, según se detallan en documentos del sacerdote y CRONISTA TRUJILLANO, JUAN TENA. También tuvo una pequeña capilla para celebrar la eucaristía antes de comenzar cada sesión. Estaba presidida por las estatuas de San Andrés y de San Gregorio.
Además de la arquitectura, distintos historiadores destacan de este palacio las pinturas renacentistas situadas en el antiguo salón de plenos y que fueron restauradas en 1875. Entre ellas, está el fresco de la Virgen de la Asunción realizada por Pedro de Mata. «Es una obra manierista de un gran valor artístico, como el resto de murales que cubren la techumbre del espacio consistorial», indica RAMOS RUBIO.
EL ACTUAL CONSISTORIO
Al igual que ha tenido multitud de usos, la casa consistorial actual también ha sufrido distintas remodelaciones según las decisiones políticas, las necesidades municipales y los hechos producidos. Por ejemplo, en 1908 este edificio sufrió un incendio que dañó, principalmente, la zona de arriba. Por ello, tuvo que ser remodelada una parte, según detallan documentos de JUAN TENA.
Las remodelaciones que se quedan en la retina son las realizadas en los últimos años. Según destaca quien fuera secretario del Ayuntamiento durante 16 años, Abelardo Muñoz, en 1988 se comenzó un trabajo de «dignificación de estas instalaciones como palacio consistorial».
Entre otros trabajos, se recuperó la cubierta y se remodeló el salón de plenos.
Según indica MUÑOZ, antes de su llegada a la ciudad, en este salón, los concejales no tenían ni mesas para escribir. Por ello, se instaló nuevo mobiliario y más asientos para el público. Además, se cambiaron puertas y ventanas, así como lámparas y faroles en distintas dependencias. «Estos trabajos eran necesarios porque el edificio tenía que dar la impresión de lo que era y es», afirma el antiguo secretario.
OBRAS DE ARTE
Como en el “ayuntamiento viejo”, destacan las pinturas del salón de plenos. Su techo está decorado con frescos que representan la Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza. También hay retratos de personajes ilustres como Francisco Pizarro y García de Paredes, entre otros. Debido a su deterioro, estas obras de artes se recuperaron en el siglo XIX. Recientemente, en los años 90 también se tuvieron que tratar.
De este edificio, JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, además, destaca la bóveda vaída y las de medio punto, que se conservan desde el siglo XVI, así como el patio que servía de corral de comedias en la antigüedad.