El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, ha participado junto al alcalde de Mengíbar, Juan Bravo, en el acto en el que se ha nombrado al profesor y cronista oficial de esta localidad, Sebastián Barahona, como hijo predilecto de la villa. Esta es la primera ocasión en que el consistorio mengibareño concede esta distinción, en este caso «a un hombre que lo ha dado todo por su municipio», según ha remarcado Reyes.
De hecho, como ha añadido el máximo responsable de la Administración provincial, «en los 75 años de vida de Sebastián Barahona, Mengíbar ha ocupado y sigue ocupando una parte sustancial en su existencia». En esta línea, ha recordado todo el tiempo que ha dedicado «al estudio de la historia local, a asociaciones y entidades de este municipio, a los grandes personajes pero también a gente anónima».
Una dedicación que hace ya cerca de tres décadas, desde noviembre de 1988, lo llevó a convertirse en el cronista oficial de la villa de Mengíbar, un hecho que ahora le reconoce el Ayuntamiento de esta localidad, que lo ha distinguido por ser «un extraordinario investigador de la historia de Mengíbar y un gran transmisor de las tradiciones y la cultura de este municipio».
Pero junto a esta faceta investigadora, Reyes ha querido destacar un lado más personal, «su disposición a colaborar, a participar y a ayudar en cualquier cuestión relacionada con su localidad natal de una manera altruista».
En esta línea, ha destacado su labor como maestro durante 43 años, una tarea que «probablemente es la más valorada por muchos vecinos de este municipio, que han sido «modelados» y enseñados por este gran profesor, al que seguro tienen entre sus recuerdos más preciados».
Por esta extensa y brillante trayectoria personal y profesional, el presidente de la Diputación ha concluido felicitando al Ayuntamiento de Mengíbar por haber «adoptado una decisión más que acertada y justa cuando ha decidido que Sebastián Barahona sea el primer hijo predilecto de este municipio, porque pocas personas como él han acumulado tantos méritos para recibir este reconocimiento, no solo por la impronta que ha dejado como historiador, estudioso y autor de cientos de libros, artículos y publicaciones, sino sobre todo por el cariño que ha generado entre tantos mengibareños».