POR JOSÉ MARÍA SUÁREZ GALLEGO, CRONISTA DE GUARROMÁN (JAÉN).
Desde la carretera que une Guarromán con Linares, una vez pasado el cruce de La Cruz, podemos ver esta imagen en esta chimenea a modo de primer bienvenida a la ciudad de Linares.
Esta es su historia.
SANAR CUERPO Y ESPÍRITU…
Entre olivos, en un altozano, sobre una chimenea de una casa de extracción en desuso, se levanta una curiosa corona, que tiene como remate un icono celestial. Símbolo de la sanación ante la dureza y la regeneración del que sufre.
Se trata del Arcángel San Rafael, que vela y cuida el distrito minero, con mirada hierática y cuerpo sereno hacia poniente, pidiendo un descanso justo, tras una dura jornada en los tajos.
Si la imagen es bella, no menos hermosa es la corona. Realizada en ladrillo con un aro de piedra que descansa en marquesinas ondulante a modo de hornacina, estilizando aún más la figura, tan querida y respetada por el Linares minero.
– Chimenea y arcángel del Pozo San Ernesto. Grupo Pozo Ancho. Escultura realizada por marmolista linarense Francisco Gallego-Casilda, cuyo taller manufacturero se hallaba en la calle Jaén.
El ángel lo colocó el albañil Pedro López Soto, que era hijo de un trabajador de la Fundición La Cruz, llamado Juan López Magaña, y ahí está, buen puesto y seguro.
Éste fue un encargo de los inversores cordobeses, unos años antes del cierre definitivo de este grupo, en recuerdo del guardián de la ciudad califal.
Hoy día, por la barbarie, le falta una de sus alas. Sería conveniente una pequeña restauración y su puesta en valor.
FRANCISCO MAÑAS